viernes. 29.03.2024
Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA
Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA

El Sevilla FC se ha proclamado campeón de la Europa League tras derrotar a la AS Roma en penaltis. El Puskás Aréna de Budapest siempre se recordará como el estadio en el que el Sevilla levantó su séptima Copa de la UEFA, una de las más épicas de los últimos años. Se acaban los calificativos para un equipo que se sobrepuso al gol inicial de Dybala a base de casta y coraje para coronarse como heptacampeón. La suerte le sonrió en el gol en propia de Mancini para que tras la prórroga Bono y Montiel, se convirtiesen en héroes en una agónica tanda de penaltis que eleva la leyenda del Sevilla en la Europa League y acaba con la racha de José Mourinho, que jamás había perdido una final europea.

Nadie la quería como el Sevilla FC. Esa obsesión que roza la mística del Sevilla y la Europa League se ha visto más presente que nunca esta temporada. Quién lo diría en diciembre, cuando el Sevilla mostraba su cara más irreconocible, que seis meses después iban a citarse con la Roma de José Mourinho en la final del Puskás Aréna.

José Luis Mendilibar, principal artífice del cambio de rumbo del equipo hispalense, eligió a su once de gala, salvo Acuña —expulsado ante la Juventus—, para el partido más importante de la temporada: Bono, Jesús Navas, Badé, Gudelj, Telles, Fernando, Rakitic, Óliver Torres, Bryan Gil, Lucas Ocampos y En-Nesyri.

La carta de presentación del Sevilla en la final fue bastante buena; el balón era suyo y tiró de paciencia en los minutos de más ansiedad. Sin embargo, el primer disparo a puerta llegó por parte de los romanos, obra de Spinazzola, que llegó solo a rematar en el área.

Once del Sevilla en la final de la Europa League Sevilla FC - Roma | Foto: SFC
Once del Sevilla en la final de la Europa League Sevilla FC - Roma | Foto: SFC

Dybala puso por delante a la Roma en la final

La tensión se cortaba con un cuchillo en Budapest. Cada balón dividido valía su peso en oro. Ninguno de los dos negociaba un centímetro de terreno y el partido era una interrupción constante. Con tanta intensidad en cada disputa, el VAR tuvo que intervenir en un posible penalti de Gudelj sobre Abraham. El serbio despejó limpio la pelota pero impactó sobre la cabeza del delantero al bajar la cabeza.

En uno de esos balones divididos, Rakitic perdió el balón que dio paso al gol de Paulo Dybala (34'), que justo llegaba entre algodones a la final, pero volvió a ser decisivo. Pese a que los jugadores del Sevilla reclamaron por una posible falta sobre el croata en la disputa con Cristante, el gol terminó subiendo al marcador. 

Por momentos el Sevilla se tambaleaba sobre las cuerdas. La Roma se envalentonó con el gol y tuvo sus mejores minutos antes de la reacción final sevillista. De hecho, pudo haber reaccionado rápido al golpe, pero el remate de Fernando a la salida de un córner se marchó por encima del larguero.

Con tantas interrupciones, la primera mitad se fue hasta los siete minutos de descuento. El Sevilla buscaba la épica con balones laterales buscando el área. Por momentos, la Roma se hizo un flan y Rakitic estrelló un balón en el poste tras un gran disparo desde la frontal. A centímetros del empate, el descansó llegó cuando los de Mendilibar habían reaccionado al gol.

Jesús Navas lo buscó y Mancini hizo el resto

Mendilibar quería prolongar la reacción del equipo tras el descanso y no le tembló el pulso. De una tacada, Lamela y Suso entraron para sustituir a Bryan Gil y Óliver Torres. Este cambio se hizo rápido de notar. Los dos extremos empezaron a generar desequilibrio y desborde en los costados ante una Roma que se dedicó a defender.

Se olía la mística en el Puskás Aréna. Algo iba a pasar y el Sevilla lo sabía. Al igual que en el día de Manchester, un gol en propia puerta iba a volver a dar motivos para creer en el milagro. Jesús Navas puso el centro, y ante la presencia de En-Nesyri, Mancini (55') introdujo el balón en su propia portería.

El rey de la competición anhelaba lo que siente como suyo. Ese aura que genera el Sevilla en estas noches europeas empezaba a nublar las ideas del equipo de José Mourinho, cada vez más sometido al ímpetu rojiblanco.

Y en una noche así en el guion no podía faltar un milagro de Bono. Todavía se preguntan los romanos cómo pudo sacar esa mano a Abraham. El marroquí sostuvo a los suyos en el momento clave de la final.

Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA
Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA

El VAR anuló un penalti al Sevilla

La banda derecha estaba siendo una mina. Junto a un incisivo Ocampos, en el costado Navas y Suso estaban formando un tándem perfecto y la mayoría de ocasiones llegaron por ahí. Tanto fue así que una incursión de Ocampos al área acabó con el argentino en el suelo y con penalti a favor del Sevilla

Ibáñez rozó el balón y luego impactó en Ocampos. La jugada es al límite, y después de consultarlo en el VAR, decidió anular su decisión y privó al Sevilla de un penalti que ya se celebraba en la grada.

Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA
Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA

En una jugada ensayada, la Roma iba a perdonar la vida al Sevilla. Bellotti no llegó a rematar correctamente un balón que salvó Bono y que bien podía valer un título. Pese a esta jugada a balón parado, el Sevilla llegó a los últimos minutos dominando en el juego y sin sufrir ocasiones.

El miedo al error dio lugar a seis minutos de alargue agónicos. En-Nesyri pudo entrar en la historia con un gol a la heroica. El balón llovido de Suso fue perfecto, pero el cabezazo del delantero se marchó alto. Y cuando ya parecía que el partido ya se iba a la prórroga, Suso, Lamela y Fernando tuvieron la más clara en una sucesión de ocasiones que dieron paso al final del partido.

Empate a nada en la prórroga

El esfuerzo físico fue haciendo mella en el Sevilla. Telles y Navas abandonaron el césped después de un gran esfuerzo físico, en su lugar entraron Montiel y Rekik para relevar a ambos laterales. Fueron los sevillistas los que más pusieron de su parte en la primera parte de la prórroga, aunque sin mucho éxito ante el muro romano.

Los de Mourinho firmaban los penaltis ante un Sevilla más enérgico, que comenzó la segunda parte con un disparo de Gudelj que se marchó desviado. Un golpe de Lamela a Robert Ibáñez mantuvo un buen rato el partido parado. Los minutos corrían y los jugadores de la Roma no dejaron de rascar segundos al reloj. 

Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA
Sevilla FC - Roma | Foto: UEFA

Prácticamente no se jugó nada y Mourinho hizo de las suyas para que aún se hiciera menos. Entre calambres, cambios y enfrentamientos en los banquillos, el colegiado dio seis minutos de descuento. Mucho menos de lo perdido y menos de lo que se siguió sin jugar. La lesión de Gudelj, que tuvo que ser sustituido por Marcao, llevó el partido hasta el 131 de la prórroga. Smalling estrelló un balón en el larguero y llegó el momento de los temidos penaltis.

La séptima llegó en penaltis

La séptima Europa League del Sevilla tenía en su guion un último capítulo de épica. Ocampos tiró de confianza y anotó el primero. Cristante fusiló a Bono. Lamela transformó el suyo y Bono paró el primero de la noche a Mancini.

A Rakitic tampoco le temblaron las piernas y anotó con contundencia. La presión estaba en la Roma y Bono obró un nuevo milagro con paradón descomunal a Rober Ibáñez. La fortuna estaba del lado de Nervión y Montiel, que falló el cuarto penalti, lo transformó a la segunda para dar al Sevilla su séptima Europa League.

El rey volvió a conquistar su trono tres años después. La alegría rebosó en exceso y la afición terminó invadiendo el césped para celebrar con su equipo. La épica volvió a sonreír a un equipo que estaba muerto en diciembre, que nadie daba un duro por él y que ha terminado conquistando su competición fetiche. El Sevilla es campeón de la Europa League, sí, otra vez.

Sevilla FC - Roma: El Sevilla logra en los penaltis su séptima Europa League