sábado. 20.04.2024

Cómo combatir el coronavirus que se extiende en los pasillos del supermercado

Un nuevo estudio científico aporta novedades a la hora de hacer la compra

La pandemia del coronavirus está copando toda la actualidad del país. Como no podía ser menos. Toda información es poca. Esta crisis merece la máxima atención. Y la máxima repercusión en cuanto a consejos y advertencias.

Los ciudadanos, tan desorientados al principio de la cuarentena, están demostrando una ejemplaridad sin parangón. Con una disciplina férrea a las directrices marcadas por la autoridad sanitaria.

Ya sabemos -y lo tenemos bien asumido- para qué podemos salir de casa. Y cuándo. Y a dónde. Y una de las contadísimas justificaciones recae en hacer la compra. También mucho se ha insistido y precisado a este respeto para así evitar picarescas. Sobre todo porque la posible astucia de algunas personas entraban de lleno en la pura negligencia.

Pues bien, al margen de ello, pero sin abandonar la realidad que estos días gravita sobre el supermercado, un equipo de investigadores finlandeses acaba de poner a punto un modelo que muestra y demuestra cómo "las pequeñas partículas virales del aire pueden propagarse en un supermercado. El trabajo ayudará a comprender mejor cómo el coronavirus puede transmitirse de unas personas a otras".

Es una noticia que merece su subrayado. En este sentido, y para su estudio, los científicos han utilizado una supercomputadora con la que estudiaron el comportamiento de las diminutas partículas virales que abandonan el tracto respiratorio de una persona a través de la tos o los estornudos. Un estudio pulcro. Con detenimiento y con conocimiento de causa.

Así las cosas, simularon un escenario -un escenario muy preciso- en el que una persona tose en el pasillo de una tienda, entre los estantes, teniendo en cuenta también la ventilación del local. Seguidamente descubrieron el primer hallazgo: que en esa clase de situaciones, una "nube" de aerosol se extiende más allá de la vecindad inmediata de la persona que tose y se diluye a medida que se va expandiendo.

El estudio destila un interés general. El proceso, sin embargo, lleva varios minutos y, mientras, otra persona que camine cerca podría inhalar una parte de esas partículas. "Alguien que esté infectado por coronavirus -explica en un comunicado Ville Vuorinen, experto en dinámica de fluidos de la Universidad de Aalto- puede toser y alejarse después, pero dejará partículas de aerosol extremadamente pequeñas que transportan el coronavirus. Esas partículas podrían terminar en el tracto respiratorio de otras personas cercanas".

Contundente y explícita declaración. De ahí que los investigadores recomiendan fervientemente evitar en lo posible los espacios interiores en los que haya otras personas cerca. Meridianamente claro. Y es que, para una tos seca, que es uno de los síntomas del actual coronavirus, el tamaño típico de las partículas ronda las 15 micras (una micra o micrómetro equivale a 0,001 mm).

El coronavirus continúa en investigación permanente. En el intento de su derrota definitiva. Valga decir que los científicos modelaron el movimiento de partículas de aerosol de menos de 20 micras, es decir: lo suficientemente pequeñas como para quedar suspendidas en el aire en vez de caer al suelo o moverse incluso varios metros a lo largo de pequeñas corrientes. El equipo de investigadores sigue trabajando sobre este modelo.

Cómo combatir el coronavirus que se extiende en los pasillos del supermercado