Iñaki Urdangarin ya solo tendrá que pasar por la cárcel de Álava una solo día a la semana. Así mismo lo ha autorizado instituciones Penitenciarias, al cumplir su tramo final de condena por un control telemático, que le permitirá salir de España por motivos laborales.

Un privilegio que hace que se olvide un poco de esa semilibertad a la que todavía está atado, y de la que ya mismo saldrá. La decisión de concederle este control telemático lo ha tomado la junta de la cárcel de Zaballa, en la que ha estado internado. Pero también ha tenido el apoyo de la Secretaría General dependiente del Ministerio del Interior, según ha adelantado El Correo.

En este sentido, la situación de Urdangarin quedaría: solo tiene que fichar en la cárcel de forma presencial una vez a la semana, excepto si está fuera de España por motivos de trabajo, que entonces se hará vía telefónica. 

El que fuera deportista olímpico llevaba disfrutando de esta semilibertad desde febrero, pero ahora tendrá la oportunidad de no volver a dormir en prisión. Un privilegio que ha tenido gracias a su buen comportamiento y el cumplimiento del programa para presos por delitos económicos.

Hasta ahora tenía que volver a dormir 

El traslado desde Madrid a Álava permitió al marido de la infanta Cristina disfrutar de los fines de semana libres cerca de Vitoria, donde reside su madre. De la misma forma, hizo el programa de tratamiento por delitos económicos desde la sección abierta de Zaballa, a donde tenía que volver hasta ahora para dormir. 

A finales de enero, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León, con sede en Valladolid, estimó el recurso de Iñaki Urdangarin y le concedió el tercer grado penitenciario. Desde entonces, puede disfrutar de su semilibertad, aunque en un principio tenía que dormir a diario en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid).

El juez revocó la resolución del director general de Ejecución Penal y Reinserción de 30 de diciembre de 2020, que aplicaba el principio de flexibilidad del 100.2 a su clasificación en segundo grado y destino en el citado Centro de Inserción Social.

Urdangarin eligió la cárcel de mujeres de Brieva, en Ávila, para cumplir su condena a cinco años y diez meses por corrupción en el 'caso Nóos', ingresando por primera vez el 18 de junio de 2018. La decisión de mantenerse aislado en un módulo sin contacto con otros presos ha sido motivo de discrepancias entre el juez de vigilancia e Instituciones Penitenciarias.