
Isabel Pantoja se encuentra en el candelero mediático desde su vuelta a televisión en Mediaset. No solo por las idas y venidas y la tensión acumulada con su hijo Kiko Rivera y la herencia de Paquirri, sino también por la venta de Cantora o las declaraciones de Julián Muñoz. La última ha sido la confesión de Isabel Pantoja de su enemistad con 'la más grande', la artista Rocío Jurado.
Puede que el boom de la emisión de la hija de la de Chipiona, 'Rocío Carrasco: Contar la verdad para seguir viva' tenga mucho que ver con las confesiones que ha realizado Isabel Pantoja. Siempre han habido rumores acerca de la relación entre Rocío Jurado y la tonadillera. Durante años se ha especulado sobre su enemistad.
Ahora Isabel Pantoja ha hablado bien claro sobre el tema en el plató de 'Top Star' junto a Risto Mejide y Danna Paola. La sevillana ha despejado todas las dudas y ha hablado alto y claro sobre su relación con la de Chipiona.
La "enemistad" de Isabel Pantoja y Rocío Jurado
Ha sido con la actuación de la gaditana Laura Gallego, una de las concursantes de ‘Top Star’ cuando los recuerdos han inundado la mente de Isabel Pantoja. Mirando hacia arriba, Isabel Pantoja aseguraba que la cantante que estaba sobre el escenario del programa presentado por Jesús Vázquez se parecía mucho a Rocío Jurado, no solo por la voz, sino también porque "hacía lo que quería en el escenario".
Ante estas palabras y al ver los ojos vidriosos de la tonadillera, Risto Mejide planteaba una pregunta que durante años ha acompañado a las dos cantantes. "Siempre he pensado que os llevabais mal", decía el publicista. Isabel Pantoja negaba con la cabeza y con la voz entrecortada hablaba abiertamente sobre la que fuera su compañera en los escenarios años atrás. "Nunca en la vida, ¡jamás! La echo muchísimo de menos", comenzaba a explicar.
Casi sin poder hablar, Isabel Pantoja reconocía que lo pasó muy mal tras la muerte de Rocío Jurado en 2006, algo que aún no ha podido superar. "Todavía no puedo escucharla cantar. Así es. Era mi compañera", decía al borde del llanto y sin poder seguir articulando palabra mientras que los allí presentes no dudaban en ovacionarla.
Isabel Pantoja es sin lugar a duda una de las grandes, no es extraño que Rocío Jurado, una de las artistas más legendarias de España, fuera su compañera como bien dice y es que desde muy joven la del tardón es una estrella de la canción.
La leyenda viva de Isabel Pantoja
A la Pantoja, que es reina de la copla, que es dama de la canción melódica, nadie la aventajó. Nadie la catapultó como golpe de suerte. Como enchufe para encender las luces del estrellato. A Isabel Pantoja nadie la aupó con mantas de recomendaciones directas. Fue ella solita quien, paso a paso, con la velocidad que otorga lo gradual, con la intensidad que concede los resortes del in crescendo del pulso ganado por sí mismo, por sí misma.
Ella comenzó de joven, de muy joven, sobre las tablas del arte. Como un relámpago de esperanza. Como un sortilegio de incertidumbre sólo económica. Porque el talento ya estaba demostrado desde el minuto cero. Todo era cuestión de virtud, de perseverancia, de demostración. De callarlo todo pero también de cantarlo todo. De Triana al mundo. De Sevilla a los puntos cardinales de lo universal.
Isabel Pantoja comenzó cantando copla. Como estaba mandado. Como así lo exige la ortodoxia de las raíces. Como así lo estipula el ADN de lo andaluz. Como así lo tipifica la carta cabal de lo racial. En una España que entonces -como ya muchos años después- vivía y sentía en copla. Las tonadilleras eran la voz extendida de la calle. Las letrillas de la canción española eran cantadas por las abuelas en los patios de las casas de vecinos.
Y por todo esto, la vida de Isabel siempre ha sido alimentada en la calle, y ha sido, sin quererlo, una grande, como su ahora sí, buen amiga, Rocío Jurado.