jueves. 25.04.2024
Cielo azul
Cielo azul

Seguro que más de una vez te has quedado viendo el azul del cielo, y te has preguntado a qué se deberá ese color tan intenso, el cual varía en relación a las estaciones y temperaturas ambientales, teniendo así diversas tonalidades en múltiples regiones del mundo.

El proceso prismático que encierra el significado del color del firmamento que nos cobija, es muy interesante, así que te invito a leer éste artículo, donde tendrás las respuestas del porqué el cielo es azul, entendiendo que a final de cuentas es la combinación maravillosa e inesperada de todos los colores que desembocan en la intensidad de sus ondas.

Un resultado natural

En primer lugar, tienes que asimilar que la luz viaja enérgicamente a través de diversas ondas electro-magnéticas que se pueden mover con mucha facilidad y sin ningún tipo de impedimento por medio del aire, del agua e inclusive del vacío. Todo esto se alinea a la perfección con la composición que tiene el reflejo incandescente del sol, el cual consta de diversas extensiones en lo referente a sus ondas.

A éste sensacional intercambio se le debe sumar que nuestros ojos perciben con gran facilidad las ondas, tanto largas como las más cortas o más pequeñas, las cuales se pueden captar a través del aire, dando como resultado que se haga mayor énfasis en las más cortas y sean finalmente percibidas en su máximo esplendor.

Para entender mucho mejor el proceso que hace que el cielo se vea azul, debes focalizar el impacto que tiene el resplandor del sol en la atmosfera de la tierra, y las cuales al manifestarse se direccionan hacia diferentes lugares por medio de gases, moléculas y partículas que están por doquier, alrededor del aire; en éste recorrido son múltiples los colores que intervienen, sin embargo, el color azul viaja en ondas mucho más cortas y, por ende, alcanza mayor presencia en el firmamento.

Es por ello que en las cercanías del horizonte se puede apreciar cómo el color azul del cielo va en tonos más opacos e inclusive lo vemos casi de color blanco; es así como la dispensación de la luz puede alterar la coloración del cielo, haciendo más o menos intensa su presentación final ante nuestros ojos.

La influencia del arcoíris

Efectivamente, el aporte significativo del arcoíris que se hace presente en la atmosfera junto con la diversidad de ondas que llegamos a percibir, da como resultado un cielo completamente azulado; es así como, en efecto, se hace presente una combinación extraordinaria de diversos colores que resultan en un intercambio de ondas, las cuales nos proveen de un firmamento iluminado.

Las diferentes longitudes que pueden alcanzar los colores van a desencadenar en el resultado visual que nos toque presenciar; a esto le debemos añadir la manifestación que se exterioriza a través de la actitud que toma la luz, la cual se trasmite a velocidades muy aceleradas, considerando que el espacio de la tierra está constituido por un 78% nitrógeno, un 21% de oxígeno y un 1% argón y vapor de agua. En cuyos aspectos, la densidad y la altura ejercen una fuerte presencia en la interacción de los múltiples colores.

Cambios de color en el cielo

Desde hace muchísimos años atrás, se ha venido viendo que no sólo se hace evidente el color azul en el firmamento, sino que al caer la tarde podemos apreciar una gradación un tanto cálida, que varía su presentación en tonalidades de colores rojizo y amarillo, llegando a un color anaranjado muy templado.

Esto es consecuencia de la dispersión del color y la disminución de la intensidad del sol, por lo cual se hace evidente ante nuestra vista un cielo con colores más tropicales. Además, es preciso hacer mención de los efectos de los químicos hacia la atmosfera, los cuales sin duda alguna pueden alterar la presentación del color en el cielo, haciéndolo inclusive muy rojo, a raíz del intercambio entre las partículas de polvo y los aerosoles, junto con otros productos contaminantes.

En efecto, tales impactos hacen que varíe el color, pero no de manera orgánica ni natural, como debería ser, sino a consecuencia de elementos artificiales, los cuales alcanzan tanta potencia que llegan a modificar no sólo el color del firmamento, sino el ambiente en su totalidad, desencadenando consecuencia identificables en ciertas cantidades por nuestros sentidos.

Así que mientras a menor altura del sol, más anaranjado podremos apreciar el cielo, y es causa principal de las moléculas de polvo que se van presentando en la exposición y manifestación de la intensidad de luz, la cual se hace presente en el transporte de la misma, desencadenado diversos movimientos de forma constante y dinámica.

El color del cielo en otros planetas

Éste cuestionamiento dependerá de las condiciones que posean los otros planetas, ya que si cuentan con una atmosfera muy fina, como es el caso de Martes, hay una fuerte presencia de dióxido de carbono que se enlaza con las numerosas partículas de polvo existentes y llegan a ocasionar así un entorno totalmente diferente en el conocido planeta rojo.

Los resultados de éstas afirmaciones van en relación directa con las imágenes que se han podido captar de éstos lugares, las cuales nos permiten apreciar un entorno completamente contario e invertido al escenario del cual disponemos en nuestro planeta, ya que allá los amaneceres y el trascurrir del día suelen ser rojos, mientras que los atardeceres se presentan bajo unos tonos muy azulados.

Efectivamente, los misterios de la galaxia nos hacen querer saber más y más; las numerosas variaciones que pueden existir en otros planetas son muy amplias, no solo en términos de colores y de presentación del cielo, sino de las diversas formas de vida que se pueden mostrar allí y que pueden ser resultado de toda esa interacción entre los elementos naturales existentes en el determinado espacio.

Te recomiendo que sigas disfrutando de éste hermoso intercambio de colores, con el cual nos alcanzamos a deslumbrar y que seguro nos seguirá sorprendiendo con sus impactantes presentaciones, resultado de la mezcla colorida que percibimos y se hace presente a través del resplandor del sol.

Por qué el cielo es azul y no de otro color