miércoles. 24.04.2024

El toreo de salón llega a Torrecera

En la pedanía jerezana se ha vivido una jornada de Toreo de Salón

Los aficionados que se reúnen todos los sábados en el jerezano Parque González Hontoria para realizar sus Mañanas de Toreo de Salón, gratuitas y abiertas a todas las edades, llevan ininterrumpidamente desde febrero de 2015 con la práctica de su afición. Sólo paran los meses de calor estival, o sea, desde mediados de julio hasta fines de septiembre, de manera que van ya por su sexta temporada. Empezaron cuatro personas y ahora se juntan habitualmente una treintena; a veces llegan a cincuenta, sin contar los días que tienen invitados especiales como han sido, en las últimas semanas, Víctor Janeiro, Canales Rivera o Ginés Marín.

En alguna ocasión deciden salir a la zona del Jerez Rural para dar a conocer a la gente del agro lo que es esta práctica que en tiempos pasados constituía un juego de niños habitual en nuestras calles, aunque aún hay pueblos de España donde los niños siguen jugando al toro en alternancia con el fútbol, como ocurre en la provincia de Albacete. Era actividad inspiradora de literatura, pues recordemos los amables versos de Góngora que decían en romancillo: “Hermana Marica,/ mañana, que es fiesta,/ no irás tú a la amiga/ ni yo iré a la escuela/ y en la tardecica,/ en nuestra plazuela,/ jugaré yo al toro/ y tú, a las muñecas”. Sin embargo, lo más importante es comprender que se trata de una actividad fundamental en la preparación de los toreros; no deben dejar pasar un día sin hacer toreo de salón.

En temporadas pasadas las Mañanas de Toreo de Salón se desplazaron a San Isidro del Guadalete, donde rige de alcalde un antiguo alumno de la Escuela de Tauromaquia de Jerez. Se suele coger las fechas en que allí se anuncia la Ruta de la Tapa, organizada entre los bares, con la colaboración del ayuntamiento pedáneo. En una de las veces se aprovechó para hacer un reconocimiento al matador Juan José Padilla y su presencia fue un motivo para animar calurosamente la tranquila vida de localidad.

Esta vez los aficionados del Parque González Hontoria han decidido desplazarse a Torrecera, lugar situado a la sombra de la antigua Torre Xera y a orillas del río Guadalete. Poseedor de un yacimiento de datación paleolítica, era ubicación de antiguos baños de aguas medicinales citados por Madoz pero hoy es un bello pueblo de colonización con casas blancas de grandes corrales adornados con flores y con gente de afición al caballo. No obstante, en él hay que destacar una íntima conexión con el mundo taurino, en tres aspectos.

El origen del pueblo hay que buscarlo en una dehesa de ganado bravo, La Boyal, propiedad de un torero que fue más que un torero, fue nada menos que Juan Belmonte, quien decidió segregar de su finca una buena parte para parcelarla y entregarla a jornaleros que carecían de todo y se asentaron como colonos; después vendría la obra del Instituto Nacional de Colonización. Desde hace años, los torrecereños celebran sus fiestas, entre otras cosas, con la suelta de vacas en la calle, que suele congregar aficionados de muchos sitios de alrededor; por último, la localidad es cuna de un matador de toros, Jesuli de Torrecera, que lleva orgulloso el nombre de su pueblo y lo ha lucido y luce en los carteles donde se anuncia.

El domingo 9 de febrero de 2020, la sesión de Toreo de Salón se ha celebrado también aprovechando la I Ruta de la Tapa y con la organización conjunta del Ayuntamiento y de la Fundación Cultura Taurina. Una vez anunciada, acaparó enseguida la atención de los lugareños y hasta el cura párroco de San Juan Bautista se ha apuntado a colaborar con el detalle destacable de que la misa dominica, que siempre empieza a las doce y media, se ha adelantado a las once y media para no interferir con la convocatoria taurina, ya que el lugar elegido para ésta ha sido la Plaza de la Artesanía, lugar donde se ubica la iglesia, haciendo cuadro con el Ayuntamiento.

Ha asistido numeroso público. Incluso de sitios como Arcos o Alcalá de los Gazules han acudido familias, al reclamo del toreo de salón. No podían faltar Ramón Chica, presidente de la peña taurina “Jesulín de Ubrique”, ni Eduardo Ordóñez, presidente de las escuelas taurinas andaluzas, ni tampoco el entrenador de fútbol Carlos Orúe y se contó una vez más con la familia de Los Molares, que es pieza fundamental en las Mañanas de Toreo de Salón. Los asistentes empezaron a practicar el torero de salón a eso de las doce. Unos lo tienen como algo familiar pero otros no habían visto en su vida un capote o una muleta. Había niños de tres o cuatro años, chavales, jóvenes, adultos y veteranos, todos decididos a pasar un rato de convivencia y experiencia agradable.

Al cabo de un rato abrió el acto oficialmente el alcalde Francisco Arcila, que presentó la iniciativa a sus vecinos y agradeció la colaboración de todos los aficionados que llegaron de otros puntos, y después Rafael Valenzuela expuso los objetivos de la Fundación Cultura Taurina; la fase de apertura terminó con las palabras de Jesuli de Torrecera, que animó a sus paisanos a aprender algo del torero de salón y a disfrutar del juego al toro en una mañana de tiempo espléndido.

La experiencia se planteó como un reconocimiento a la figura del torero Jesuli de Torrecera, el cual estuvo atento al desenvolvimiento de los valientes que se atrevían con las telas, dándoles oportunas anotaciones o consejos conforme los iban necesitando. Después mantuvo una exposición dialogada con el que suscribe sobre su trayectoria. Tras una etapa en la escuela de Jerez, estuvo tres años de novillero sin caballos y seis con caballos. La alternativa en Sevilla, con Ponce y El Juli la coronó saliendo a hombros de La Maestranza. Acumula éxitos, como triunfador dos temporadas en el Puerto, donde además ha abierto siete puertas grandes y ha indultado un toro y ha cortado un rabo, y fue elegido por el doctor Illera para una experimentación sobre el metabolismo del torero y del deportista.

Lucía Rubio recibe el trofeo de ganadora

Jesuli recibió el agasajo sorpresa de una ofrenda poética a cargo de Benito Luna; luego impartió una lección magistral práctica de Toreo de Salón. A continuación hubo un Concurso de Quites, donde los participantes se dividieron en menores de edad y mayores. Resultaron ganadores Lucía Rubio, entre los menores, y Cristóbal de Torrecera, entre los mayores, y recibieron sus correspondientes trofeos, que les fueron entregados, respectivamente, por la delegada de Cultura y Fiestas y por el alcalde. Se terminó con una foto de familia y una sesión de photocall en la que todo el que quiso se pudo hacer una foto de recuerdo con el torero paisano y amigo Jesuli de Torrecera.

Después llegó la hora de tapear por los bares de la localidad, los cuales estaban llenos de clientes que aprovecharon el buen tiempo y la oportunidad del toreo de salón para comer fuera de casa. En el bar Artesanía la paella se acabó pronto pero se pudo seguir disfrutando de su magro a la brasa.

El bar Moreno ofrecía su buena y surtida cocina, sin que faltaran las cabrillas con tomate. El de Tierra de Colonos servía tapas variadas y en el Rancho del Capataz se pudo disfrutar de carta campera destacando las chuletitas de cordero. Cuando se puso fin a la experiencia, los aficionados, coordinados por la Fundación Cultura Taurina, volvían satisfechos a casa por haber logrado dar un paso más en la divulgación de la cultura taurina y en la normalización de toreo en la calle, pero sobre todo un paso más en el camino hacia sus aspiraciones, con el agradecimiento al alcalde y al pueblo de Torrecera, a donde volverán otra vez. También a otros puntos del Jerez rural irán y seguro que será una nueva experiencia satisfactoria.

El toreo de salón llega a Torrecera