Ya ha terminado el serial sevillano de la feria taurina de San Miguel, que este año ha sido excepcional por cuanto ha consistido en la trasposición de los carteles que se habían confeccionado par la Feria de Abril, suspendida al final por la pandemia del coronavirus. Terminada, ya conocemos los premios que ha concedido la Real Maestranza de Caballería. Antes de explicitarlos, hagamos un resumen del ciclo.
Esta Feria de San Miguel sevillana se ha compuesto de catorce festejos, que han sido once corridas de toros, dos novilladas con picadores y un festejo de rejones. Empezando por las ganaderías, señalemos que ha habido dos hierros que han hecho doblete; se trata, por un lado, de Juan Pedro Domecq y Parladé (cuyos pupilos se corrieron los días 24 de septiembre y 1 de octubre) y, por otro, de Garcigrande y Domingo Hernández (con reses corridas el 25 de septiembre y el 2 de octubre).
Paseíllo en La Maestranza
Fueron ovacionados en el arrastre uno de Jandilla-Vegahermosa, uno de Victorino Martín, dos de Garcigrande, uno de Miura. Otros hierros lidiados han sido Victoriano del Río, Santiago Domecq, Fuente Ymbro y García Jiménez. En las novilladas salieron los de El Parralejo y de Rocío de la Cámara. En rejones se corrieron reses de San Pelayo-El Capea. Pese a que ha habido buenas presentaciones, buenas morfologías (para algunos excesivas), el juego de los toros ha sido, en general, pobre y podemos decir que constituye el ámbito menos brillante del serial.
En cuanto a los toreros, Morante de la Puebla se ha anunciado cuatro tardes. Manzanares, Juan Ortega y Roca Rey, tres. Diego Urdiales, Antonio Ferrera, El Juli, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, dos. Han estado una tarde Pablo Aguado (que tenía previstas tres, pero se lesionó), El Fandi, Rafael Serna, Emilio de Justo, Paco Ureña, Manuel Escribano y Pepe Moral.
Un victorino en Sevilla
Han conseguido desorejar (cortar las dos orejas) a un toro Morante, de Justo, Urdiales y Escribano. En orejas sueltas, Manzanares ha cortado tres; Roca, dos; finalmente, Ortega, El Juli, Perera y Ureña, una. En las novilladas destaca Manuel Perera que cortó oreja y oreja a los de El Parralejo. Entre los rejoneadores, Guillermo Hermoso de Mendoza cortó tres orejas y salió por la Puerta del Príncipe.
Hermoso de Mendoza, Puerta del Príncipe
Entre los banderilleros, citemos los que se han desmonterado en las corridas, tras su labor con los palos, agrupados por tardes: Juan José Domínguez (dos tardes), Iván García, Viruta; Andrés Revuelta y Perico; Juan Contreras, Alberto Zayas, Juan Manuel Raya, Antonio Ronquillo y José Chacón (dos tardes); Joao Ferreira, Fernando Sánchez (dos tardes), Morenito de Arles, Pérez Valcárcel, José Manuel Montoliú y Abraham Neiro; Sánchez Araujo; Antonio Chacón, Javier Ambel (dos tardes), Vicente Herrera y Curro Javier (dos tardes); Daniel Duarte. En las novilladas: Felipe Provenza, Felipe Peña, Álvaro Núñez, Antonio Vázquez y Javier Perera; Antonio Chacón. Esta lista nutrida nos da clara idea de que el ámbito de los subalternos ha sido lo que ha brillado más en esta Feria de San Miguel.
Fernando Sánchez en un par
En cuanto a incidentes lamentables destacamos que el subalterno Juan Rojas sufrió un varetazo en la región inguinal y el novillero Jorge Martínez sufrió contusión en el muslo derecho y varetazo en el muslo izquierdo, ambos el mismo día 28 de septiembre. Además, es de lamentar la cornada que recibió el caballo “Máximo”, de Andrés Romero, el día 26 y que finalmente resultó fatal.
5 días con "No hay billetes"
El asunto del público nos lleva a decir que ha habido cinco días en que se ha colgado el cartel de “No hay billetes” y en otros días se ha dado el casi lleno, de manera que, en general, ha habido un porcentaje general alto de asistencia. No obstante, no hay que echar las campanas al vuelo porque, bajo una limitación de aforo por la pandemia, el porcentaje aceptable no era difícil conseguir; esperemos que cuando el aforo permitido sea del cien por cien veamos también esos índices de asistencia. No hay que bajar la guardia. De todas maneras está claro que no parece que se vayan a cumplir los augurios negros de algunos pájaros de mal agüero que, a comienzos del estado de alarma, anunciaban que la tauromaquia se iba a acabar a corto plazo una vez pasara la pandemia. La Fiesta tiene mucha fuerza, tanta que la televisión privada ya ha dado por terminada la Gira de Reconstrucción porque ve que los festejos van proliferando por doquier y la gente tiene ganas de toros.
Como datos menores, pero detalles al fin y al cabo, apuntamos otros. El primer día sonó el Himno Nacional antes de empezar el paseíllo, lo que no es frecuente en Sevilla aunque sí se ha ido haciendo frecuente en otras plazas. El 2 de octubre Macarena Zulueta hizo el despeje de plaza, junto a su padre, y es así la primera mujer alguacililla en la historia de la Maestranza. Un paso adelante ha sido la ausencia, todos los días, de los fotógrafos molestos delante de los toreros a la hora del paseíllo, de manera que el cuadro inicial del espectáculo ha lucido ahora como merece (y como merecen los propios toreros). También reseñamos la actitud de la banda, o de su director, que se ha convertido más de una vez en protagonista, teniendo que ser llamado al orden por el espada de turno, y en alguna ocasión con evidente enfado (por ejemplo, en el caso de Morante).
Por último, nos fijamos en que los toreros que cortan dos orejas en La Maestranza pueden salir a hombros por la Puerta Grande (sí, en Sevilla hay Puerta Grande) pero para salir por la Puerta del Príncipe necesitan haber cortado tres orejas; sin embargo, algunos toreros que cortan dos orejas prefieren salir a pie sin más motivos, como ha hecho Morante, mientras otros salen a hombros, como han hecho Emilio de Justo o Diego Urdiales, con lo cual en Sevilla no se puede llevar una estadística, como sí se lleva en Las Ventas, de los toreros que salen por la Puerta Grande, ya que es algo que queda a la voluntad del interesado; sin embargo, creemos entrever un criterio y es que el torero que ha salido una vez por la Puerta del Príncipe luego ya no se rebaja a salir por la Puerta Grande. Ellos se lo pierden.
