Corrida de toros organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al sexto y último festejo de abono en la temporada de verano 2024. Tarde de cielo despejado con fuerte viento de levante. Casi lleno. Preside Rafael Carrero. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.
Se lidian tres toros (3º, 4º y 5º) de Jandilla (hierro que pasta en Mérida, Badajoz) y tres (1º, 2º y 6º) de El Freixo (hierro que pasta en Olivenza, Badajoz), con pesos entre 505 y 570 kilos, de presentación en conjunto naturalmente no homogénea. En el arrastre, el segundo y el tercero de la tarde tienen palmas; el cuarto, palmas y pitos; el quinto, gran ovación.
José Antonio Morante de la Puebla, pinchazo y media estocada algo tendida que basta; ovación saludada. Media caída y descabello; gran bronca.
José María Manzanares, entera que se va escupiendo pero basta; una oreja. Media arriba con ligero derrame; dos orejas.
Pablo Aguado, entera arriba; una oreja. Entera arriba; una oreja.
Incidencias: en las cuadrillas, entre los picadores destacan Mario Benítez (en el tercer toro) y Alventus (en el sexto toro), ambos de la cuadrilla de Aguado. Entre los banderilleros, destaca Joao Ferreira (de la cuadrilla de Morante), que se desmontera en el primero, así como Trujillo (de la cuadrilla de Manzanares), Curro Javier (de la cuadrilla de Morante) Diego Vicente (de la cuadrilla de Manzanares) Diego Ramón Jiménez (de la cuadrilla de Aguado). Manzanares y Aguado salen a hombros.
Comentario
Llegamos al último festejo de la temporada taurina de verano 2024 en El Puerto. No torea Roca Rey pero la sola presencia de Morante es suficiente para que los tendidos se llenen. Dos han sido los días con entrada de lleno y en los dos se ha anunciado el cigarrero. Esta plaza siempre ha sido morantista. Manzanares le acompaña, como tantas tardes ha ocurrido aquí, formando un tándem de unión indeleble, algo así como cuando se hablaba de Joselito y Belmonte. Completa Aguado, que hoy tiene su segunda tarde en la Plaza Real, puede aprovechar la oportunidad para deshacer el mal fario con la espada que muchas veces le persigue y que en la tarde anterior fue su cruz en el segundo de su lote.
Lo que sorprende un poco es que se anuncien dos hierros a la vez, sin motivo especial. No se trata de eso que ahora han empezado a llamar “desafío ganadero”. Son dos hierros de característica similares, pues El Freixo tiene origen Garcigrande-Daniel Ruiz, que es tan puro domecq como Jandilla. Quizás, pensamos, se deba a que en algún caso no se hayan encontrado ejemplares suficientes para completar un envío. Vayamos a los hechos.
Morante de la Puebla
Morante de la Puebla, de buganvilla y oro, en su primero, castaño y bien armado, lo lancea e intercala un par de verónicas jaleadas pero sale suelto. Mientras lo lleva al caballo sufre una colada que desarma y tras puya algo caída derriba la montura de Iturralde; luego hay buena puya y en el quite vemos cuatro verónicas lentas y dos más algo enredadas con media, todo muy jaleado. Tras buen tercio de palos, con protagonismo de Ferreira, hay gran inicio de faena por bajo, con molinete invertido y derechazo profundo; en el tercio, una tanda en redondo es interrumpida por el viento pero luego consigue ligar. Por el pitón izquierdo, en toreo de uno en uno, protesta al final de cada pase. A diestra de nuevo, hay tanda de gusto dando tiempo a que pase una racha de viento. No hay más.
El segundo de Morante
A su segundo, bonito, le hace en tablas un pasar por la cara. La primera puya queda caída y en el segundo viaje es mal picado por Aurelio Cruz, lo que contrasta con la eficacia banderilleando de Curro Javier, que hace parecer fácil lo difícil. Sin brindar, Morante, con la muleta en la mano, no quiere ver al toro y va enseguida a por el estoque, provocando el enfado del público. Mientras intenta descabella las protestas van a más y se acaban convirtiendo en una gran bronca. Es curioso que al toro, en el arrastre, le han dedicado pitos y palmas (éstas indicarán reproche indirecto, añadido, al torero).
José María Manzanares
José María Manzanares, de rioja y oro, en su primero, falto de trapío y cómodo de cara, saluda con lances aseados en el tercio, entre el 4 y el 6 (por el viento). En el caballo mete los riñones y recibe puya fuerte, con recargo. Hay dos buenos pares de Trujillo. Lancea por alto; más allá del tercio lucha contra el viento y saca tanda bajando la mano, seguida de otras tres, una en redondo aplaudida, otra sin remate y otra algo ligada con uno sin fuerzas. Con la izquierda torea de uno en uno sin entusiasmo en el burel. A diestra de nuevo, baja la mano y vuelven los aplausos. A zurda de nuevo, recurre a la distancia corta para conseguir ligazón. La preparación la hace con ayudados por bajo.
El segundo de Manzanares
En su segundo, hondo y algo acapachado, tras unas probaturas, en el tercio saca verónicas buenas y media artística. En el caballo se repucha al sentir el hierro; al segundo viaje recibe puyazo recargando. Diego Vicente y Luis Cebadera son aplaudidos en los palos. Tarda en recogerlo pero consigue buena tanda de inicio; siguen tres tandas con el toro humillando, ligando los muletazos, intercalando buenos de pecho y con la gente en pie. Por el pitón izquierdo sigue humillando y permitiendo a ligazón; algunos gestos iniciales engañaron sobre la extraordinaria condición del toro.
A diestra de nuevo, vemos dos cambiados por la espalda y tanda breve pero intensa, con otro largo de pecho; “La Concha Flamenca” ayuda a completar el ambiente de cosa buena que estamos viviendo. A zurda de nuevo, el toro sigue yendo muy bien y el torero está en su sitio, aunque aguanta algún tornillazo. Tras la estocada estallan las palmas por bulerías y los gritos de “torero, torero”. Concedidas las dos orejas, los tendidos siguen llenos de pañuelos blancos que piden la vuelta al ruedo en el arrastre para “Magistrado”, marcado con el 114; el presidente se niega, pese a petición tan fuerte.
Pablo Aguado
Pablo Aguado, de carmesí y oro, a su primero, bragado meano y axilado, lancea, saca dos verónicas, lidia para sacarlo a los medios y deja media campera. Mario Benítez pone puya medida y cuando se va deja un puyacito al relance. Los dos primeros pares son buenos. Inicia en tablas por alto; siguen dos tandas en el tercio, una con calmosidad y otra en redondo con remate por bajo, que levantan aplausos. Con la izquierda, cita de frente y saca tanda de uno en uno con bueno de pecho. A diestra de nuevo, vemos molinete y cambio de manos para seguir citando de frente a un animal sin entusiasmo, rematando con otro molinete por alegrar algo. Con la derecha hay serie insistente, en distancia corta, con final de molinete y cartuchito, ya en tablas.
El segundo de Aguado
En su segundo, colorado y bien armado que sale suelto, de recibo lancea con los pies asentados, avanzando y acabando con media preciosa. Lo lleva al caballo por chicuelinas recogidas y revolera; Alventus pone buena puya; el quite en la boca de riego se compone de cinco verónicas y una media de la casa; el pica escucha palmas mientras se va. Diego Ramón Jiménez es aplaudido en banderillas. Inicia con ayudados por alto y por bajo con kikirikí, molinete invertido y de pecho en arco (sevillanía pura); siguen dos tandas en redondo que se salpimentan con algún molinete y levantan aplausos. Con la izquierda liga pero el toro protesta algo. A diestra de nuevo, va mucho mejor y en dos tandas vuelve a salir el toreo. La preparación para la estocada contiene ayudados por alto artísticos.
Final
Morante, que ha traído a tanta gente a la plaza ha decepcionado (y enfadado) a tanta gente. Manzanares, cuando no se esperaba algo distinto de lo que hace otras veces, ha sabido aprovechar a un toro e incluso cambiarlo para hacer la faena de la temporada portuense. Aguado parece que ha combatido el mal fario con la espada; nos alegramos, pues ella le ha hecho perder muchos trofeos y a ver si se mantiene en este camino. Se cierra la temporada y el resumen en una frase es que sólo una tarde la puerta grande no se ha abierto. Que cada uno lo interprete como quiera. Adiós, Plaza Real; hasta el próximo año, si Dios quiere.