Este último verano la presencia de orcas en la costa de Cádiz ha sido un gran problema para los veleros pequeños, que han sido objeto de numerosos ataques por parte de las orcas. Unos ataques, que en ocasiones, han derivado en la pérdida del timón y su posterior rescate, llegando a ser bastante peligroso.
Velero Quartet, con 4 tripulantes, sufre acometida de orcas al Sur de la zona de exclusión. Ha perdido el gobierno, aunque consigue llegar a cercanías de Barbate por sus medios acompañada de la Salvamar Enif, que la remolca para entrar en puerto. Video archivo #SeguridadNaurica pic.twitter.com/5aIDC8IsmF
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) August 31, 2021
Debido a este motivo, la Capitanía Marítima de Cádiz ha prohibido navegar con veleros de hasta quince metros en la Ensenada de Barbate. Una medida que durará hasta el 7 de septiembre para evitar el riesgo que las orcas provocan al romper el timón de estas embarcaciones.
Según ha explicado el director del Centro de Interpretación de Cetáceos y Aula del Mar de Tarifa, Francisco Gil, este es un comportamiento atípico en las orcas, ya que son animales extraordinariamente inteligentes y empáticos. Sin embargo, este mal comportamiento se debe a los ataques que han sufrido y sufren durante el verano.
No atacan a los veleros a los que pueden hacer naufragar
Como colaborador de los Centros de Biología Marina, Oceanografía y Ciencias Marinas de varias universidades, Gil ha buceado con todos los cetáceos en el Estrecho hasta que esta actividad fue prohibida en 2007. Pero le dio tiempo para conocer a este grupo de ballenas, que comen atunes.
En una de sus salidas diarias en busca de cetáceos, encontró que algunas orcas tenían heridas y cicatrices en el cuerpo el año pasado, algunas fueron apuñaladas con arpones y todavía las tenían clavadas. Unos hechos, que estaba seguro de que se repetirían este verano.
Francisco Gil ha conservado las fotografías en las que se podían observar las heridas de las orcas. También hay un video de cinco minutos grabado por la tripulación de un velero, en el que usaban lanzas y medios agresivos para alejarlas de los veleros. Por lo que, el comportamiento de las ballenas estaría más que justificado.
Las orcas, que pueden llegar a pesar hasta cinco toneladas y media, no atacan a los veleros, a los que fácilmente podrían hacer naufragar porque, según Gil, "son muy listas y saben que podemos matarlas".
Los ataques son "una protesta" de los animales
Debido a los malos tratos recibidos por parte de los humanos, las orcas comenzaron a atacar los veleros. Por ello, estos ataques no comenzaron hasta el año pasado, lo que se traduce como una "protesta" de los animales.
Las orcas solo han entrado en contacto con pequeños veleros, que colocan sus hélices al frente y lejos del timón, lo que les permite morderlo sin riesgo e inutilizar la embarcación. Por ello, se aconseja mantener el timón quieto y alineado con el casco del barco, así como no gritar, no mirar por la borda y detener la embarcación.
Según Gil, al final del período de confinamiento debido al covid-19 el año pasado fue cuando se registraron los primeros ataques a veleros por orcas. Muchas embarcaciones salieron a la pesca deportiva del atún, pescado que comen las mismas, y los atacaron para quitarles el pescado del sedal.
Históricamente, ha insistido Gil, las orcas y los hombres han convivido y hasta han colaborado en la pesca del atún, ya que cada primavera, cuando los bancos de atún llegan al Mediterráneo, las orcas los acorralan y los empujan hacia las tradicionales almadrabas gaditanas que los pescan mediante este arte milenaria.
