viernes. 29.03.2024
Guillermo Boto
Guillermo Boto | Marciano Breña para El MIRA

Es bueno que traigamos a estas páginas taurinas la voz de la afición. Hemos elegido a quien puede ser considerado como aficionado taurino modelo. No sólo eso: el doctor Guillermo Boto puede ser considerado, sin exagerar, como la persona más querida en Cádiz. Lo comprueba cualquiera que pasee con él por su ciudad.

Ginecólogo, sus manos han ayudado al nacimiento de muchos gaditanos. Su pasión por Cádiz ha marcado su vida y lo ha llevado a profundizar en los entresijos de la historia local.

Se ha implicado siempre en los problemas de la gente, intentando ayudar de una forma y de otra. Charlamos con él mientras paseamos por la ciudad que tan bien conoce, en un recorrido por los lugares taurinamente más significativos, el barrio de Santa María, los puntos que fueron diferentes emplazamientos de las plazas de toros, el bar de su tertulia. Empezamos.

Boto en la plaza San AntonioBoto en la plaza San Antonio

Doctor, ¿Cuál ha sido su vida profesional?

 

Nací en Cádiz, hijo de médico madrileño. Estudié primero de Ingenieros pero luego me metí en Medicina y me licencié en Ginecología. Entré de médico residente en el Hospital. Luego hice la oposición de adjunto y más tarde, la oposición de jefe de sección; como tal me jubilé.

¿Había antecedentes familiares en la afición a los toros?

 

Mi padre era muy aficionado; de joven iba a ver a Joselito y a Belmonte siempre que actuaban en Madrid. Ya en Cádiz, presumía de ser familiar del torero madrileño Regaterín, que se llamaba Antonio Boto. Cuando yo era pequeño me llevaba siempre a los toros, en Cádiz, El Puerto, Jerez, La Línea y Algeciras; a Sevilla, no.

¿Qué vio en la última plaza de Cádiz?

 

De las primeras corridas ya no recuerdo a quién veía, salvo a Antonio Ordóñez. De cuando era mayorcito sí recuerdo haber visto en los sesenta a Manolo Aibar, en novilladas, y también a Luis Miguel Dominguín, El Cordobés, Palomo Linares, Manolo Vázquez, El Viti… Así hasta la última, que fue toreada por Curro Romero, Rafael de Paula y Andrés Vázquez.

2 Boto en El OlivilloBoto en El Olivillo

¿Por qué se derribó?

 

Lo he podido estudiar y tengo la sensación personal de que la derribó la Caja de Ahorros de Cádiz. Con José León de Carranza de alcalde se hablaba de que andaba cuarteada, lo cual venía de la explosión de 1947, pero eso no era problema porque estaba hecha como en porciones y a base de un hormigón tal que no había manera de romperlo.

Luego fue alcalde Jerónimo Almagro, hombre honrado que no pudo hacer nada. Le sucedió Emilio Beltrami, abogado de la Caja de Ahorros, y con él se inicia el derribo en 1976, pero fue Carlos Díaz con quien se realizó allí la construcción de viviendas bajo intervención de la Caja, que, con una constructora, buscaba solares como loca. Fue un fraude de ley, porque en 1929 la sociedad anónima propietaria regala las acciones al Ayuntamiento, siendo alcalde Ramón de Carranza, para que no se pueda edificar en el solar.

La tarde de la inauguración hay en el suelo de la plaza un escudo con una leyenda que dice “Cádiz, agradecida a los donantes de acciones”. El alcalde socialista vendió el solar directamente, sin pública subasta, a una cooperativa, teóricamente de Renfe, que no tenía ningún socio; se utilizó el pretexto de hacer viviendas de protección oficial y en realidad se construyeron viviendas de lujo, para beneficio de algunos. La plaza jamás se debió tirar porque era una donación al pueblo gaditano.

¿Por qué no se hizo una nueva?

 

Por desidia. No hubo ni petición de los aficionados. La primera plaza portátil en que hay una corrida se monta el año 1993 en terrenos de Telegrafía sin Hilos para un festival a beneficio de Aspademis con un cartel de diez toreros, entre los que estaban Curro y Paula.

Muchos taurinos dijeron que Cádiz tiene mucha categoría para una simple portátil y eso hizo que mucha gente renunciara a ir; el festejo fue una ruina aunque la actuación resultara maravillosa.

Con Teófila de alcaldesa, en la festividad del Corpus de 2006, se montó en la Zona Franca una portátil para celebrar los cincuenta años de la última corrida de Asdrúbal, con participación de El Cordobés, Javier Conde y Canales Rivera; hubo dos festejos, que presidí, con llenos y pancartas pidiendo una plaza multiusos. La nota la dieron los antitaurinos que, a la entrada, incluso lanzaron piedras.

3 Boto en la HoyancaBoto en la Hoyanca

¿Cuál fue la actividad de la Gestora Pro-Plaza multiusos?

 

Yo estuve en esa Gestora. Se hicieron muchas actividades, como exposiciones en el Palillero, exposiciones de carteles taurinos, conferencias. También despertó la reacción de algunos antitaurinos. Muchos aficionados empezaron a decir que la plaza de El Puerto es de Cádiz, en fin… El último presidente fue Adolfito Gómez.

¿Qué plazas ha habido en Cádiz?

 

La primera fue la que estuvo en la Corredera, o sea, la plaza del Ayuntamiento, donde en 1578 está documentada una fiesta caballeresca de toros en honor del rey don Sebastián de Portugal. Suárez de Salazar dice que en los depósitos de agua del antiguo acueducto romano se corrían toros que iban destinados al inmediato matadero.

En la plaza de San Antonio empiezan los festejos el año 1661 y desde el principio se trata de toreo a pie. La tercera verdadera plaza es la que se montaba y se desmontaba en San Roque a partir de 1716. Felipe V concede para la Junta de Fortificaciones una gran cantidad de corridas, que se celebran en La Hoyanca, donde desde 1761 hay una primera plaza y luego una segunda. Durante el asedio francés se levanta en El Olivillo (o Campo de los Cueros) la Plaza Nacional, que duró desde 1813 hasta 1820. En 1826 empiezan a darse novilladas en la plaza del Juego del Balón, calificada por Teófilo Gautier como la más peligrosa de España.

En la Hoyanca se levantó una tercera y una cuarta, ésta contemporánea de la levantada frente a la iglesia de San José. En la de Huerta de Capuchinos hubo otra, que duró varios años pero de la que sólo conocemos un cartel, de 1837.

En 1841 se construye la de Juan Daura, en el Campo del Sur, cuyo primer empresario fue el padre de Fermín Salvochea. Próxima a ésta se levantó en 1862 la plaza inaugurada por Isabel II, que duró hasta 1916. La de Asdrúbal es la única que no ha sido de madera. Finalmente están las portátiles de las que hemos hablado antes.

Guillermo Boto4 Boto en el barrio Santa MaríaBoto en el barrio Santa María

Hablemos del libro “Cádiz, origen del toreo a pie”

 

Di una conferencia en Madrid invitado por la Unión de Bibliófilos Taurinos y Rafael Cabrera Bonet decidió publicar el material que le presenté. Editó 250 ejemplares en 2001. Luego, Ingrasa hizo otra edición, más barata, de 3.000 ejemplares. Es un libro que ha tenido mucha difusión entre los historiadores y quien quiera hablar de la historia del toreo tiene que citarlo. En él expongo que un óleo-mapa de Álvaro Aramburu, fechado en 1654, muestra toreros toreando a pie a las puertas del matadero, lo que confirma la justicia del título.

¿Cómo surgió la biografía de Paquiro?

 

Me la encargó personalmente el Ayuntamiento de Chiclana, por mediación de Pedro Leal, con motivo del bicentenario de Paquiro en 2005. Estuve un año y pico con la preparación. Fui a investigar en la Hemeroteca de Madrid para fotocopiar periódicos; hablé con Cabrera Bonet; busqué en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, donde encontré el testamento del torero o el testimonio del doctor Thebussem... Se hicieron mil ejemplares.

El tercer libro es “Las toros de la libertad”

 

Es una idea que surgió de José Tomás cuando leyó mi artículo sobre la pugna entre el catalán Antonio Capmany, taurino, y el eclesiástico Simón López, antitaurino, en las Cortes de Cádiz. Se puso en contacto conmigo a través de su médico Rogelio Pérez, amigo mío. Lo preparé durante más de una año pero, con la ayuda de internet, me resultó más fácil que el primero. La Fundación José Tomás lo editó, con una tirada de dos mil ejemplares. Lo presenté en el Ayuntamiento junto al torero.

¿Qué otros libros, no taurinos, ha escrito?

 

Edité un libro titulado “Noticias sobre Cádiz y sobre su isla”, del Barón de Férussac, que traduje del francés; la Diputación hizo en 2013 una edición bilingüe, incluyendo un mapa interesantísimo, con todos los caños, híbrido del Tofiño y del Rosylli que le sirvió a Napoleón. Después hice otro, que me encargó la Diputación, comentando unas láminas del pintor Tomás de Sisto, “Gritos de Cádiz”, sobre los vendedores ambulantes de los tiempos de las Cortes.

¿Qué participación tiene en la Unión de Bibliófilos Taurinos?

 

No hay una actividad especial. Como socio, compro todos los libros que se editan. En paralelo a la Unión está el Aula de Cultura San Pablo CEU, que  me ha publicado algunas separatas y tiene libros en que algunos capítulos son míos.

¿Cuántas conferencias ha dado sobre toros?

 

Incontables. Casi todas giran sobre mi primer libro. Algunas veces he hablado de algún torero concreto, en especial de Juan Conde, de Vejer. Otro tema es la relación entre el nacimiento del flamenco y los toreros, que últimamente oriento hacia las fiestas flamencas antiguas de diferentes puntos de España en las que todos los cantaores eran toreros y gaditanos.

¿Qué relación hay entre el toreo y el flamenco y en concreto en Cádiz?

 

Están todas las familias del barrio de Santa María, con miembros que se mueven tanto en el ámbito flamenco como en el taurino. Se sabe que en todas las fiestas de allí, en los bautizos, en los patios…, participaban los taurinos. Sin embargo, no tengo ninguna fiesta documentada.

Hable de su pertenencia al Ateneo

 

Soy socio pero no he pertenecido a la junta directiva, aunque me lo han propuesto varias veces. Entré con una conferencia taurina. Luego he dado muchas conferencias y he publicado en su revista. Además he presentado mis libros allí, de segundas. También tengo cosas publicadas en la Revista de Estudios Taurinos de Sevilla.

5 Boto en la plaza AsdrúbalBoto en la plaza Asdrúbal

¿Qué relación tiene con la Fundación José Tomás?

 

La relación fundamental es la amistad que tengo con el presidente, Rogelio, que vive en El Puerto. El torero, ya digo, vino personalmente a la presentación del libro “Los toros de la libertad”. He escrito algunas veces sobre él, como cuando la cogida de Méjico o la corrida de Barcelona.

¿Qué obras artísticas referidas a la tauromaquia tiene?

 

Tengo un retrato de un personaje con traje goyesco, posiblemente de Jerónimo José Cándido, que compré en Sevilla y atribuyo a Goya. Le hice una radiografía y resulta que apareció por debajo un personaje de Carlos IV, pìntado con blanco de plomo; el torero está con blanco sin plomo. Ambos personajes portan una tarjeta. En la parte baja hay una leyenda: “A mi gran aristócrata y amigo, el hacedor de la Lidia” (referido quizás al conde de la Estrella).

Goya estuvo en Sevilla e hizo unos retratos, incluido el del conde. Si no es de Goya es goyesco. Tengo otro cuadro, un retrato de Costillares, comprado en Sanlúcar, en línea con el de Lázaro Galdiano. Aparte, tengo un mueble de caoba, una cómoda buró, que en el centro presenta un rejoneador portugués, en taracea. Entre los libros de valor, tengo el de Luis Toro Buiza, del que saqué muchos datos para mi primera obra.

¿Cómo ha ido evolucionando la afición a los toros en Cádiz?

 

Aquí, en mi niñez era muy fuerte. Iba con mi padre a los toros y nos encontrábamos con don Joaquín Núñez Manso, grandísimo aficionado, y con don Ramón Yáñez, a quien don Álvaro Domecq le contaba los problemas que tenía con el ganado y le pedía consejo. Tras el derribo de la plaza de Cádiz la gente iba a El Puerto. Luego la afición decayó mucho. Sin embargo, en tiempos de Barrilaro se formaban grupos grandes de aficionados; Eduardo Lumpié y yo llevábamos dos millones de pesetas en el bolsillo para comprar las entradas del nuestro.

¿Cuál es el papel que el aficionado debe adoptar hoy?

 

En primer lugar, debemos asistir a todos los festejos que podamos. En segundo lugar debemos ser exigentes y denunciar cosas como los toros pequeños, los afeitados, el intercambio de toreros como cromos, dejar fuera a toreros con posibilidades, el pago por torear... Las cosas positivas hay que ensalzarlas hasta límites enormes. También hay que exigir que la televisión dé en los telediarios noticias taurinas como hace con el fútbol.

¿Qué le diría a un neófito para que empezara a degustar una faena y a hacerse aficionado?

 

Sería muy importante que conociera al toro en el campo y viera las faenas camperas. Si percibe la intimidad en las labores, ese respeto al animal, el riesgo de que una vaca embista inesperadamente, se convencerá. En la propia corrida hay que fijar la atención sobre el rito del espectáculo: el color, el paseíllo, la música, el silencio de algunos momentos. Finalmente se destacará la emoción y el sentido artístico con su apreciación como si estuviera contemplando una escultura o un ballet.

6 Guillermo Boto y Marciano BreñaGuillermo Boto y Marciano Breña

¿Cómo ve el panorama actual de la tauromaquia?

 

Quiero ver lo positivo. Las ganaderías de capricho irán desapareciendo pero las de verdad se mantendrán. Tras la pandemia, los aficionados tenemos ganas de volver. En los últimos años ha desaparecido el apoderado que era sólo apoderado y el empresario que era sólo empresario; se han creado circuitos cerrados. En Francia no es así; son más exigentes. Tenemos que copiar lo bueno de los franceses. ¿Estás de acuerdo conmigo?

¿Cómo no voy a estarlo? Habla con la contundencia del gran aficionado que es, del estudioso que ha investigado, del que tiene una visión que trasciende el simple momento presente. Hemos pasado un rato agradable. Se han quedado asuntos sin tratar, pero otro día volveremos. Personas como el doctor Boto tienen mucho que decir a los aficionados taurinos; son necesarias. Se lo agradecemos.

Doctor Guillermo Boto: “El aficionado debe asistir a los festejos y ser exigente”