viernes. 26.04.2024
Encuentran a un joven magrebí tirado en la acera y acaban abrazados y llorando
Encuentran a un joven magrebí tirado en la acera y acaban abrazados y llorando

Una historia de esas que conmueven el alma, que llegan a lo más profundo del ser humano. La ha contado María José a través de Twitter y te deja el corazón helado porque narra el encuentro con un joven magrebí tirado en el suelo y cómo acabaron abrazados y llorando con él.

María se define como enfermera, bailonga, defensora de la justicia e igualdad, feminista y republicana. En su hilo describe que estuvo de guardia y que un aviso les puso en alerta de que había un chico tirado en la acera, inconsciente. Salieron en la ambulancia hacia la dirección indicada donde había dos policías y un chico sentado en la acera, joven que ya estaba recuperado.

Posteriormente, continúa relatando María, la policía informó que no presentaba signos de haber bebido ni haber consumido nada. Nos acercamos y allí estaba él: un chico menudo, encogido sobre si mismo, llorando y sin saber que le había pasado. Se llamaba  Mohamed (nombre ficticio) y era un menor.

Joven magrebí extranjero no acompañado

Según continúa contando María se trataba de un extranjero no acompañado. Fue subido a la ambulancia y llevado al centro. Estaba muy asustado y no quería hablar con nadie. Se notaba que algo le pasaba y no lo quería contar. Salió a la puerta mientras la médica le redactaba el informe y María salió tras él para ofrecerle un cigarro.

El joven empezó a hablar según recuerda María José. Tenía 19 años y había llegado en patera con 11. Estuvo en un centro de menores hasta los 18. Llevaba un año fuera. Hablaba correctamente el castellano. Su tristeza y su llanto eran interminables cuando me contó que llevaba 8 años sin ver a sus padres.

Lo más duro es que confesó que su vida no tenía ningún sentido. Que no podía más. Vivía en una habitación, que estaba trabajando y que su jefe le había dicho que lo iba a despedir. No paraba de llorar y María con él.

Emotivo abrazo

María no pudo contener y le abrazó notándolo desesperado y asustado, su angustia, su desesperanza. Son personas de carne y hueso que sienten como cualquiera de nosotros. Si nos autodenominados humanos, comportémonos como tal, resume María.

En el hilo de Twitter, reconoce que "le dije que tenía un sueño por el que vivir: trabajar duro y de manera digna para volver a ver a sus padres. Le dije que en este país tenía que ir con la cabeza bien alta porque era un valiente y que yo lo admiraba".

Y concluye con un alegato contundente: "No son ningunos delincuentes ni violadores, ni ladrones, ni maleantes. Son personas como tú y como yo que intentan tener las mismas oportunidades que tenemos nosotros".

Encuentran a un joven magrebí tirado en la acera y acaban abrazados y llorando