
Antonio González Flores (1961-1995) fue el hijo de Lola Flores, 'La Faraona'. Su vida estuvo marcada por la música, el arte, y por desgracia, las drogas. El año 1995 fue fatídico para la familia flores, pues en cuestión de dos semanas perdió a su matriarca a causa del cáncer que padecía y a los 14 días, su hijo Antonio siguió el mismo camino.
Este 2022, Antonio Flores cumpliría 61 años, o más bien cumple, porque como dice su hermana Lolita Flores: "Antonio está vivo. Sale por la radio y sus canciones no pasan de moda". Y así es, porque cuando alguien no muere sino cae en el olvido, y en el caso del hijo de Lola Flores se cumple a la perfección.
Antonio Flores no soportó la perdida de su madre, Lola Flores
El 16 de mayo de 1995, concretamente hace 27 años, España dijo adiós a Lola Flores, después de que falleciera en su residencia de Madrid a consecuencia del cáncer de mama con el que venía batallando. Sin embargo, no fue la única tragedia que vivió la familia Flores en cuestión de dos semanas, pues Antonio Flores iba a acompañarla en su camino a la eternidad.
Solo tenía 34 años, pero Antonio dijo que hasta ahí había llegado su vida. Y así siempre lo había dejado claro, que el día que faltase su madre, él se iba con ella. Mientras España asimilaba la pérdida de La Faraona, llegó la muerte de su hijo Antonio, el cuál comenzaba a tener una carrera musical en línea ascendente tras varios parones por su adicción a la heroína.

El 30 de mayo de 1995, Irene Chamorro, compañera y ex pareja de Antonio Flores, entró en su cabaña de El Lerele, en la residencia familiar de los Flores. Allí estaba Antonio, que yacía ya sin vida en su cama.
“Me acerqué, le puse la mano en la boca, en la nariz y no respiraba”, contó en su día Chamorro que intentó todo el tiempo apartar la idea del suicidio y señalaba que su muerte se debió a un infarto.
Sin embargo, la autopsia declaró que Antonio Flores había fallecido a las 5 de la mañana a consecuencia de haber ingerido una importante cantidad de barbitúricos (esos mismos barbitúricos que le ayudaban a controlar las compulsiones producidas por la abstinencia a la heroína) con alcohol.
Rosario: "A mi hermano se lo llevó mi madre"
Rosario, la hermana más pequeña de los Flores, confesó el vínculo de su madre con Antonio como un nido imposible de desatar. "A mi hermano se lo llevó mi madre, ella le dijo tú te vienes conmigo y él le dijo sí, me voy. Él siempre decía que cuando se fuera mamá, se iría él. No sabía vivir sin mi madre", señaló la artista.
Lolita, la hermana mayor, señaló sobre la muerte de su hermano: “Siempre tenía la luz de su madre y cuando esa luz se apagó, fue a buscarla”.

De hecho, el final de la historia de Antonio Flores parecía estar ya escrito desde varios años atrás. Concretamente, desde cuando le diagnostican el cáncer de mama a Lola Flores en 1972, al que solo trataron con quimioterapia, ya que La Faraona se negó a que la operaran.
Ahí fue cuando Antonio dejó salir su deseo más profundo: "No voy a vivir sin ella. Prefiero recordarla viva", dijo en varias oportunidades y así fue el día que faltó su madre. Echó mano a lo que tenía, pastillas y alcohol, para cumplir esa promesa.
Un legado para la historia de la música
Antonio Flores fue cantante, guitarrista y compositor, desarrollando desde el pop una carrera que terminó por darle una voz propia a su música, en lo que todavía se considera como una síntesis entre el flamenco y el pop-rock.
Su primer disco, lanzado en 1980, tuvo su hit más escuchado 'No dudaría', escrito por él y que provocó que la crítica se fijará en Antonio Flores por su talento y no por ser el hijo de La Faraona.
Al año siguiente, con tan solo 20 años, sacó su segundo trabajo 'Al caer el sol', con un tema de Charly García, 'El fantasma de Canterville', y otro junto a Joaquín Sabina, 'Pongamos que hablo de Madrid', en una versión rockera que fue todo un éxito.
En 1988 sacó su tercer disco 'Gran Vía', que aunque en su tiempo pasó inadvertido, con el paso de los años logró el reconocimiento que merecía. Sin embargo, durante la década de los 90 fue descuidando su música debido a sus trabajos como actor.
Así, fue grabando una película por año hasta su fallecimiento; en 1990 participa en 'La mujer y el pelele'; en 1992, 'Chechu y familia'; en 1993, 'Cautivos de la sombra'; en 1994, 'El coraje de vivir' y en 1995, 'Fiesta'.
Sin embargo, vuelve a volver a tener notoriedad en el mundo musical a raíz de sus trabajos para sus hermanas. Con Rosario graba dos discos de gran éxito: 'De ley' (1992) y 'Siento' (1993), con temas escritos por él.
Por último, en 1994, Antonio Flores grabó el que sería su disco de consagración 'Cosas mías', con el tema 'Alba' dedicado a su hija Alba Flores.