viernes. 26.04.2024

De villanos y héroes

Pedro Sánchez declaró un estado de alarma inconstitucional
Pedro Sánchez

Pocas veces me he visto tan moralmente impelido a escribir un artículo de opinión como en esta ocasión, me refiero a la huelga de transportistas.

Lo escuchado en boca de diferentes responsables del gobierno intentando demonizar a los huelguistas y de poner a la opinión pública en su contra, empezando por su Presidente, el señor Sánchez, hablando de que se trataba de una minoría, continuando por su Ministra de Hacienda, la señora Montero, que con su habitual tono histriónico e histérico les acusó de ser de extrema derecha (ya sabemos que en esta país todo lo que se salga del socialcomunismo imperante se considera extrema derecha) y hacerle el juego a Putin, a Putin nada menos, ese maravilloso comodín que se le ha aparecido mágicamente al PSOE para ayudarle a justificar todas las consecuencias de su nefasta gestión y por si todo esto no fuera suficiente, si tamaños despropósitos no bastaran, se sumó a la fiesta el ex ministro Miguel Sebastián, el responsable del fiasco del proyecto Castor que le costó a los contribuyentes españoles nada más y nada menos que 1.350 millones de Euros y que, en lugar de estar escondido y muerto de vergüenza, vive a cuerpo de rey, gracias a las puertas giratorias, como consejero de INDRA y no conforme con seguir parasitando los sufridos bolsillos de los españoles se atrevió ayer a decir que los transportistas autónomos que están en huelga no son trabajadores si no que son empresarios y por tanto no es una huelga si no un cierre patronal y que son unos insolidarios que se hincharon a ganar dinero durante la pandemia mientras otros tenían que cerrar sus empresas y sus negocios. No se puede ser más miserable.

Nuestros gobernantes nos tratan como imbéciles, como si fuésemos tontos de baba. Los transportistas autónomos de este país, aquellos que fueron tratados como héroes durante la pandemia, aquellos que nos mantuvieron abastecidos haciendo un esfuerzo sobrehumano, sin sitios para comer, sin lugares para darse una ducha porque todo estaba cerrado, que tuvieron que recurrir muchas veces a la solidaridad de sus conciudadanos hasta para poder ir al aseo, pero que pesar de todo cumplieron con su deber y nos hicieron más llevadero el confinamiento, ahora por obra y gracia del “gobierno de la gente” se han convertido en malvados villanos, insolidarios y extorsionistas.

Pues no, no lo son, son simplemente trabajadores autónomos que, como tantos miles de autónomos de este país, de otros sectores, están simplemente asfixiados, ahogados por la cada vez mayor presión fiscal y la cada vez más numerosa cantidad de obligaciones y gastos que deben soportar y que les impide levantar la cabeza. Cansados, agotados, porque para ellos no existen jornadas de 40 horas semanales ni un mes de vacaciones pagadas, porque no tienen horario, porque no se pueden poner enfermos, porque cada día que no trabajan no tienen ingresos y además ven como el gobierno más caro y sobredimensionado de Europa tiene menos empatía con ellos que con el ganado estabulado en las que denominan macrogranjas, ellos, seres humanos, que se pasan un montón de horas “estabulados” dentro de una minúscula cabina para que no nos falta de nada.

Por supuesto que no defiendo las actuaciones violentas, ni por parte de los piquetes ni por parte de nadie, pero que este gobierno que las ha defendido o justificado en otras ocasiones, cuando le favorecían en sus intereses políticos, ahora trate de criminalizarlas, demuestra y deja bien a las claras que lo único que le preocupa es su supervivencia. Nuestros gobernantes son los verdaderos villanos de esta película.

Si algo ha demostrado esta huelga es que los sindicatos y las asociaciones profesionales, interlocutoras del gobiernos y paniaguadas del mismo con sustanciosas subvenciones, no representan a los profesionales y a los trabajadores autónomos a los que dicen defender y estos últimos están optando por organizarse a través de las redes sociales y de plataformas independientes.

Los transportistas son sólo la punta de lanza, son los que han mostrado el camino al resto de autónomos y pymes de este país, los que ya no pueden más y a los que no les ha quedado más remedio que liarse la manta a la cabeza porque no tienen nada que perder, detrás de ellos vendrán otros. Como rezaba una pancarta que vi colocada en un camión: “no somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo contra los de arriba”.

De villanos y héroes