jueves. 28.03.2024
Tomás Gimeno y José Bretón, autores de dos delitos de violencia vicaria
Tomás Gimeno y José Bretón, autores de dos delitos de violencia vicaria

Nunca un acto tan mezquino como el hacer daño a tus hijos para perjudicar a su madre debería de haber tenido nombre. El caso de las niñas de Tenerife ha vuelto a abrir el cajón de la violencia vicaria, un delito que puso en el foco mediático el 'Caso Bretón' y que, por desgracia, vuelve a estar a la orden del día por el asesinato de Tomás Gimeno a sus hijas Anna y Olivia.

Beatriz Zimmerman junto a  sus hijas Anna y Olivia Gimeno

Por ley, la violencia vicaria está reconocida como una forma de violencia de género, ya que supone el uso de los hijos por parte del agresor como una herramienta para llegar a hacer daño a la madre de estos. Un hecho que calca lo ejecutado por Tomás Gimeno, quién todavía sigue en paradero desconocido, después de haberse confirmado la trágica noticia del hallazgo del cuerpo de Olivia, la mayor de las niñas desaparecidas en Tenerife.

Ante lo ocurrido, la delegada de Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rossell, ha explicado a Europa Press que la violencia vicaria se trata de una violencia "por sustitución" que se lleva a cabo cuando el agresor "ya no tiene relación directa" con la mujer, porque ha puesto fin a la relación, y "utiliza a sus hijos como herramientas".

Rosell ha señalado que quien uien lleva a cabo esta práctica "no es un loco", ni tampoco es "la cara del mal" sino que es "la cara del machismo".

El agresor utiliza a los niños para tener "control y dominio"

Miguel Lorente, uno de sus predecesores en este cargo, ha advertido que la violencia vicaria no se produce solo con el asesinato de menores, sino que durante el periodo anterior al crimen, el agresor utiliza a los niños para tener el "control y dominio", en este caso de la mujer.

"Cuando un hombre entra en un bar y agrede a alguien y después a las dos personas que intentan separarlo, se le condena por agredir a tres personas", ha señalado el exdelegado de Gobierno, antes de apuntar que cuando se condena a un hombre por violencia de género solo se le atribuye maltrato a la mujer y no hacia sus hijos.

De José Breton a las niñas de Tenerife, Anna y Olivia

Uno de los casos más sonados de este tipo de violencia fue el de José Bretón, quién asesinó y quemó a sus hijos, de dos y seis años de edad. El 8 de octubre de 2011, este individuo, por llamarlo de alguna manera, cometió el mayor acto de denigración que puede cometer un ser humano: matar a sus propios hijos. 

Este trágico desenlace vino precedido de la separación con su mujer Ruth Ortiz, a quién juró arruinarle la vida cuando todavía sus hijos vivían. Y finalmente, así lo hizo, arrebatándoles a la mujer sus dos pequeños de dos y seis años. 

También sonado el caso de Ángela Carreño, que denunció por maltrato a su marido en 51 ocasiones, antes de que este asesinara a la hija de ambos, de 7 años, de un tiro, durante el régimen de visitas.

Ahora, este nuevo acto de violencia, que pese a no salir constantemente en los medios sigue a la orden del día, ha tenido su último episodio en las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, que fueron secuestradas por su padre hace más de un mes, precisamente durante el régimen de visitas. La historia vuelve a repetirse, otra vez. Llevándose la vida de dos pequeños ángeles que han terminado pagando injustamente la ira de un "padre" que hizo todo lo posible por desgraciar la vida de la madre de sus hijos.

¿Qué es la violencia vicaria? De Bretón a las niñas de Tenerife