viernes. 26.04.2024
La razón por la que andar reduce el riesgo de muerte en personas que han sufrido ictus
La razón por la que andar reduce el riesgo de muerte en personas que han sufrido ictus

Andar reduce el riesgo de muerte en la gente que ha sufrido un ictus. Así lo afirma la Academia Americana de Neurología con un estudio publicado en la edición 'online' de la revista 'Neurology'. El estudio demuestra que las personas que caminan al menos media hora al día (una tres o cuatro horas a la semana) después de sufrir un accidente cerebrovascular pueden tener hasta un 54 por ciento menos de riesgo de muerte por cualquier causa.

La investigación se publica en la edición 'online' de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología. El estudio encontró el mayor beneficio para los supervivientes de ictus más jóvenes. Cuando los menores de 75 años hacían al menos esa cantidad de ejercicio, su riesgo de muerte se reducía en un 80 por ciento.

"Es necesario comprender mejor el papel de la actividad física en la salud de las personas que sobreviven a un ictus para diseñar mejores terapias de ejercicio y campañas de salud pública, de modo que podamos ayudar a estas personas a vivir más tiempo", ha afirmado el autor del estudio, el doctor Raed A. Joundi, de la Universidad de Calgary (Canadá) y miembro de la Academia Americana de Neurología.

"Nuestros resultados son emocionantes, porque solo tres o cuatro horas semanales de caminata se asociaron con grandes reducciones en la mortalidad, y eso puede ser alcanzable para muchos miembros de la comunidad con accidente cerebrovascular previo", apunta.

"Además, descubrimos que las personas lograron un beneficio aún mayor con caminar de seis a siete horas por semana", ha especificado, añadiendo que estos resultados podrían tener implicaciones en las directrices para los supervivientes de ictus en el futuro.

El estudio de la Academia Americana de Neurología

El estudio analizó a 895 personas con una edad media de 72 años que habían sufrido un ictus anteriormente y a 97.805 personas con una edad media de 63 años que nunca habían sufrido un ictus.

La actividad física semanal media se evaluó a partir de preguntas sobre actividades como caminar, correr, trabajar en el jardín, hacer pesas, montar en bicicleta y nadar. Por ejemplo, se preguntó a las personas: "En los últimos tres meses, ¿cuántas veces caminó para hacer ejercicio? ¿Cuánto tiempo empleó en cada ocasión?". Los investigadores utilizaron la frecuencia y la duración de cada tipo de actividad física para calcular la cantidad de ejercicio. En relación con esto, una limitación del estudio es que las personas pueden no haber informado con exactitud de su cantidad de ejercicio.

El sencillo ejercicio que reduce el riesgo de muerte en personas que han sufrido ictus