El cabello, o pelo, es una parte del cuerpo humano que representa gran importancia, pues el mismo se encarga de proteger la cabeza contra condiciones climáticas, golpes, los rayos solares, etc.; además, cumple una función de carácter estético, proporcionando estilo y seguridad a las personas. Su cuidado debe ser constante, procurando su limpieza adecuada para evitar incomodidad o enfermedades que afecten el cuero cabelludo.
Existen diferentes tipos de cabello y diferentes estilos para llevarlo, peinados destacados y cortes originales, sin embargo, algo que resulta bastante común pero incómodo para algunas personas, es su caída. El pelo tiende a caerse por múltiples razones, ya sean de carácter genético, hormonal o patológico, de hecho, existen muchas condiciones o enfermedades que pueden hacerlo caer. ¿Quieres conocer las razones por las cuales se cae el pelo? Sigue leyendo…
Causas más comunes de la caída del pelo
Aunque son muchas las personas que sienten temor al ver caer su cabello, lo cierto es que ésta caída se trata de un proceso normal de nuestro cuerpo, que comúnmente puede llegar a perder un promedio de hasta 100 pelos en un solo día. Por lo que es completamente sano y natural tener el cabello un poco más grueso durante algún tiempo y luego tener una melena más fina.
Sin embargo, existen otras razones más complejas que pueden ocasionar una caída del pelo un poco fuera de los estándares de normalidad, y algunas de éstas son las siguientes:
Herencia familiar
Dicho de una manera más técnica, por genética o herencia. La mayoría de las veces, la pérdida de cabello se produce por una condición que se ha heredado genéticamente, aunque según los expertos, no se trata esto de una caída del cabello propiamente dicha, sino de una producción cada vez más fina o delgada del pelo o cabello que termina por no aparecer más. En algunos casos afecta al gen masculino y en otros al gen femenino.
Estrés
Resulta muy común que el estrés sea el culpable de muchas enfermedades o afecciones en el ser humano, ya que produce tal grado de preocupación e irritabilidad, que el sistema inmunológico y nervioso termina reaccionando de manera determinada, como si de una enfermedad se trata.
En ocasiones, un evento que genera mucho estrés puede ocasionar la pérdida del pelo, una caída un poco más prolongada y en cantidades mayores a las que habitualmente son consideradas dentro de lo normal.
Cambios hormonales
Seguro escuchaste alguna vez que las mujeres luego de dar a luz pierden mucho cabello, ¡y es cierto! Durante este periodo post parto el cuerpo atraviesa por múltiples cambios hormonales, disminuyen los niveles de progesterona que se encontraban en demasía y comienzan a regularse nuevamente las cargas hormonales normales, todo lo cual produce una mayor pérdida de cabello. Asimismo, durante el período de menopausia.
De hecho, durante un mismo ciclo menstrual, las mujeres pueden presentar mayor o menor pérdida de cabello y se debe precisamente a las hormonas. Los problemas de tiroides también son causa regular de la caída total o parcial del pelo.
Secuelas de alguna medicina
Existen ciertos medicamentos que, como efecto secundario, pueden ocasionar pérdida de cabello controlada o excesiva, dependiendo de los componentes exactos de la fórmula, que pueden contener mayor o menor presencia de los elementos que inciden en esta condición. De igual manera, procedimientos químicos intensos, como la radioterapia y la quimioterapia, tienden a causar caída excesiva del pelo.
Caspa u hongos
Las infecciones en el cuero cabelludo son bastante comunes, y en pocas ocasiones llegan a originar una caída excesiva del cabello, sin embargo, de no aplicar los tratamientos adecuados que eliminen la bacteria, pueden llegar a evolucionar intensamente y hacer caer el pelo.
Otras causas
Además de las causas indicadas con antelación, que se tratan de las más comunes, existen también otras que obedecen a circunstancias mucho menos frecuentes pero de mayor envergadura. Este es el caso de las enfermedades que producen, dentro de su sintomatología, una caída excesiva o marcada del pelo. Por ejemplo: el cáncer de piel, la sífilis, hipotiroidismo e hipertiroidismo, entre otras.
Además, es posible que la caída del cabello sea producto de los bajos valores de ciertas vitaminas o proteínas en el cuerpo, en cuyo caso, un examen médico completo será lo indicado para determinar el problema y atacarlo de raíz.
Cuidado del pelo
Ahora bien, para evitar la caída del pelo causada por agentes externos o patológicos como virus o bacterias, es muy importante que mantengas una higiene controlada y muy minuciosa, que laves tu cabello con frecuencia, aproximadamente de 3 a 4 veces por semana, pero sin caer en excesos, porque de igual manera pueden generar inconvenientes.
El agua y el shampoo serán suficientes, pero debes procurar que se traten de productos naturales y no de productos químicos que puedan deteriorar el cabello y afectar, a la larga, su nutrición, provocando caída en exceso.
Por otro lado, recuerda que el pelo es el reflejo de nuestro cuerpo, por lo que debes cuidar igualmente la alimentación; con una dieta balanceada y full vitaminas naturales, el cabello se mantendrá fuerte y sano.
Tratamientos para la caída del pelo
Existen muchos productos en el mercado que aseguran detener la caída del cabello, sin embargo, ya que conoces los parámetros relacionados con este inconveniente, puedes comprender que se trata de un proceso normal que no amerita de ningún tratamiento.
Ahora, si las proporciones de la caída del cabello están fuera de esos parámetros normales, lo importante es determinar la causa, de esta manera, el tratamiento médico irá enfocado en la recuperación de la lesión o de la enfermedad que produce la caída, y a medida que se vuelva a la normalidad la caída del pelo se detendrá.
Fuera de ello, si la pérdida de cabello obedece a algunas de las causas normales antes indicadas, como la herencia, solo queda adaptarse y aprender a quererte tal cual como eres.
En definitiva, la caída del pelo, en proporciones fuera de lo normal, obedece generalmente a causas benignas, pero ocasionalmente puede tratarse de una señal de alarma que debemos tomar en cuenta para visitar al médico.
