“La única vacuna que tenemos es quedarnos en casa”

Charo Reina cuenta cómo está sobrellevando las semanas de confinamiento

Charo Reina es mujer querida por propios y extraños. Posee un don a veces demasiado inaudito: la naturalidad. En ella -a través de ella, siempre en femenino singular- las apariencias no engañan. Mira de frente, tanto cuando habla como cuando ejerce de artista de cuerpo entero.

Ahora ha querido regalarnos un directo a través de las redes sociales. Ha sido la revista ‘Semana’ la que ha propiciado el encuentro con su legión de seguidores. Tiene un apellido que de casta le viene al galgo. Tronío de veinticuatro quilates. Destacamos a continuación algunas de sus afirmaciones:

“He llevado fenomenal el confinamiento porque me lo he tomado como un tiempo de regalo de estar en mi casa después de estar tantísimos años de viaje, de gala, etcétera. Como un tiempo de disfrutar de mi casa. De tener cerca a mis hijos. Sufriendo, pero con la esperanza de que vamos a salir de ésta”

“La única vacuna que tenemos es quedarnos en casa”.

“Yo lo que quiero es quedarme en mi casa. No quiero otra cosa. ¿Eso que se llama el ‘Síndrome de la Cabaña’? Ahora me entero. Yo creía que se llamaba ‘tú estás loca perdía’. Ahora me entero del nombre de lo que me pasa”.

“Ya habrá tiempo de salir. Yo, de todos modos, no soy de barra. De estar sentada sí”.

“Me he dedicado a organizar un poco mi casa. Últimamente estoy organizando fotografías. No te digo nada. No tengo cajas de fotos, yo tengo baúles”.

“Ahora, pronto, vamos a presentar un corto que se llama ‘Felices perdices’. Yo creo que la cultura es lo que teóricamente más tardará en volver”.

“Estoy preparando un monólogo que se titula ‘Lo que esconden las risas’. También un espectáculo dedicado a mi tía Juana Reina. Y el estreno de una película protagonizada solo por mujeres”.

“Mi tía Juana fue una mujer tremendamente discreta. Era poco amiga de fiestas. Vivió para su trabajo o para su familia. Con sus amigas sí salía. Con Paquita Rico, con Lola Flores… Ella con sus compañeras siempre se ha llevado muy bien. Era muy discreta. Tendríamos que aprender de ella”.

“Me encantaba verla cocinar. Mi tía Juanita Reina limpiaba un tomate seis o siete veces. Como hacemos ahora. Le gustaba tenerme a su verita”.

“Los contras de tener el apellido Reina es que la gente quiere ver en mí a Juanita Reina 2 y yo soy Charo Reina a secas. Mi tía era única”.

“Desde que mi madre enfermó yo lo dejé absolutamente todo. Yo lo que hacía era que me iba a mediodía a Madrid para hacer la función por la tarde y luego coger el AVE para dormir junto a mi madre. Me agarré a la Fe. Soy creyente y tengo mucha Fe. Y no falté ningún día: todos los días estuve en el escenario y todos los días estuve al lado de mi madre”.

“Mi padre se encontró un día mal de momento y sólo me pidió que lo abrazara. No quería nada. Le dije que si le preparaba una tila y me dijo que no. Sólo me pidió: “Abrázame”. Y ahí se quedó”

“La vida es constante evolución. Del pasado hay que aprender para no cometer los mismos errores. O simplemente para no cometer errores”.

“Deberíamos aprender a decir ‘te quiero’ muchas veces. Si tienes papa y mamá deberías decírselo todos los días. No sabes después lo que se echa de menos”.