La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico advirtió en su más reciente informe que la recuperación de Europa podría posponerse hasta el próximo verano, en razón de la recaída económica que se ha originado como resultado de las nuevas restricciones aprobadas durante los últimos meses en el continente por la covid-19.
A ello se suma el retraso evidenciado en la disponibilidad de vacunas, lo que aplazará aún más la recuperación. El rezago, entonces, se hace evidente y la fecha más cercana para el inicio del despegue económico se pospone hasta más allá de la segunda mitad del presente año.
Según el documento, el cual contiene la actualización de las previsiones económicas, se evidencia la debilidad en la economía europea. Si bien el sistema va adaptándose a coexistir con el virus, la recuperación sigue dando largas. Aunque los resultados son superiores a los proyectados por la OCDE para la región, en lo que corresponde a Europa el ascenso se muestra moderado. El impacto de la tercera ola de contagios ha sido más severo de lo que se pensaba, mientras que el proceso de vacunación ha ido muy lento.
No obstante el crecimiento esperado de 3,9% en el Producto Interno Bruto de la eurozona, esta cifra no cumple con las expectativas de 2020, que preveían un incremento desbocado luego del desplome experimentado.
Tan solo para citar un ejemplo. Tenemos que, según el informe, España crecerá 5,7% este año, lo que sitúa entre las de mayor avance. La mala noticia: ello solo sucederá al finalizar el verano. Esta nación fue la más golpeada durante el pasado año y, por ello, se vaticina que su recuperación será la de mayor dinamismo en el continente. Al culminar el 2021, el PIB de España seguirá distanciado de los niveles pre pandémicos.
Y lo anterior en qué se traduce. Pues que al iniciarse el proceso de recuperación -solo hasta bien entrado el año- el arranque tan solo comenzará a sentirse en 2022. Es decir, habrá que esperar un periodo que en la teoría no parece tan lejano, pero en la práctica sí lo es. Es dinero perdido, economías deterioradas, empresas improductivas y países insolventes.
Al respecto, Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, ha señalado que la velocidad de la recuperación económica dependerá de la velocidad de la vacunación.
"La mejor política económica actual es vacunar más y más rápido. Si estamos en guerra con el virus, tenemos que darnos los medios para hacer la guerra, para producir y distribuir la vacuna. En Europa, nos estamos quedando atrás, no solo no producimos lo suficiente, sino que incluso no estamos utilizando las dosis que tenemos. Tenemos que alcanzar la velocidad máxima", afirmó.
El tiempo apremia, la economía se estanca y la recuperación pareciera estar más lejana.
