En la plaza de toros de Niebla (Huelva), a 4 de noviembre de 2023. Se celebra corrida de toros mixta organizada por la empresa de Rafael Jurado, correspondiente a las Fiestas Medievales Alfonsinas; se celebra el trigésimo aniversario de la Plaza de Niebla. Tarde de cielo muy nublado y algo de lluvia, con viento muy molesto. Menos de media entrada. Preside el alcalde Joaquín Molina. Ameniza la Banda Municipal de Paterna del Campo.
Se lidian reses de Murube (hierro que pasta en Utrera, Sevilla), de Buenavista (hierro que pasta en El Castillo de las Guardas, Sevilla) y de Virgen María (hierro que pasta en Guillena, Sevilla), de presentación adecuada a la categoría de la plaza y de buen juego en general; el cuarto y el quinto son cinqueños.
- Alfonso Oliva Soto, estocada entera arriba; dos orejas. Estocada honda perpendicular y cuatro golpes de descabello; una oreja.
- José Ruiz Muñoz, entera algo tendida; dos orejas. Dos pinchazos, honda delanterita y dos golpes de descabello; ovación.
- Alfonso Alonso, bajonazo; una oreja. Un pinchazo y entera caída; oreja.
Incidencias: después de terminar el paseíllo suena el Himno Nacional. Alfonso Alonso debuta con caballos. Entre los picadores, destacan el puyazo dado al primer toro de Ruiz Muñoz. En todos los animales las banderillas no superan los dos pares, destacando la ejecución en los dos toros de Oliva Soto. Los tres toreros salen a hombros. El festejo es transmitido por Canal Sur TV.
Estamos en noviembre, mes poco taurino, y Niebla nos ofrece un postre que se agradece aunque la meteorología se propone entorpecer todo lo que pueda. Todo sea por recordar a don Alfonso X, aquel rey que conquistó la ciudad amurallada y que fue el autor del primer documento escrito donde se nos relata un festejo taurino, la cantiga del milagro de Plasencia.
Dos intervinientes de hoy se llaman Alfonso, coincidencia. El más joven es natural de Santa Olaya y debuta con caballos. Los dos matadores tienen vitola de artistas pero esta temporada han actuado poco y aquí hay una oportunidad para tomar vuelo.
Oliva Soto
Oliva Soto, de azul marino y oro, en su primero, castaño de Buenavista, saluda con verónicas seguras, ganando terreno mientras el animal se desplaza, y remata con media. La puya, larga, se pone a salida tapada aunque el toro empuja con suavidad. Las banderillas son buenas. La faena es una lucha contra el viento; tras brindar al público, arranca por doblones artísticos y sigue con buena serie de derechazos, seguida de dos más que Eolo imposibilita. El animal va noble y con la izquierda baja la mano entre adornos de rodillas y trincherilla. Los ayudados del epílogo tienen sabor. En la estocada entra con convencimiento.
El segundo de Oliva Soto
A su segundo, hondo de Virgen María, recibe solvente bajo lluvia intensa y lo saca de tablas para terminar en media campera. El toro se entrega en el caballo pero le dan puya con barrena indisimulada a salida tapada. Montoya, tras parear, consigue salir de un apuro. Brinda al novillero debutante.
Unos doblones genuflexos propician una vuelta de campana, lo que no es obstáculo para desarrollar una faena enrabietada, firme, con pases de trazo largo hasta que el animal empieza a perder las manos y se viene a menos. Por la izquierda los pases salen de uno en uno mientras suena un fandango en el tendido. Otra vez a derecha y otra vez a izquierda, todo adornado con molinetes, ayudados y desplantes de rodillas. Al cuadrar tardan un poco, pues el torero se mueve más que el toro.
Ruiz Muñoz
Ruiz Muñoz, de azul y oro, a su primero, acapachado de Murube, le da saludo desarmado por el viento aunque el animal mete bien la cara. En el caballo es bien cogido, mete los riñones y la puya es medida. Brinda al equipo médico de Viamed que está cuidando a su esposa. Tras breve trasteo pasa a la izquierda por ayudados peleándose con el viento.
Con la derecha hay pases de buena ejecución y otros de mucha voluntad. Por el pitón izquierdo sale tanda acompañando con la cintura y dejando algún pellizco. A diestra de nuevo, hay toreo despacioso y remate con toque de pitón. Con la zurda otra vez, hay ahora más confianza y la última tanda va por ayudados trazados con torería. Todo ello ha sido en tablas.
El segundo de Ruiz Muñoz
Su segundo, castaño de Buenavista, antes de llegar al capote pega fuerte en dos burladeros y en el segundo se quiebra el cuerno derecho por la cepa, lo que no es óbice para acudir a la capa con humillación y nobleza, permitiendo lances templados y una media de cartel. El quite va por verónicas despaciosas y larga natural.
Los banderilleros entran por el pitón izquierdo. Brinda a los amigos que le están apoyando en momentos de preocupación. A pesar de brindar sigue con la montera puesta e inicia elegante, para seguir toda la faena por el pitón derecho, el roto. Prueba por el izquierdo pero el funo avisa. Hay detalles curristas.
Alfonso Alonso
Alfonso Alonso, de azul y oro, a su primero, de Murube, no le da un pase porque al salir de toriles cae al suelo y ya no se levanta. El sobrero, de Virgen María, cuando lo recibe en tablas protesta y sale suelto mientras el viento hace de las suyas. La puya es larga y recargada. Los dos pares son buenos; David Pacheco se gusta. Brinda al público e inicia por doblones elegantes. Van tres tandas seguidas con una animal que se rebosa, aunque hay desarme a la cuarta. Prueba por la izquierda pero no hay nada y termina con la derecha en tanda de rabia.
El segundo de Alonso
En su segundo, de Murube, da una larga cambiada de rodillas como saludo pero el novillo anda como acalambrado y acaba cayendo. De la puya sale trastabillado y los palos son par y medio, Brinda al alcalde de Santa Olaya e inicia a media altura; así sigue, con cuidados, pero el animal sigue perdiendo las manos.
Con la izquierda los pases son suaves en un par de tandas, pero pronto marca intención tablas. Con la diestra lo lleva tapado y entremete martinetes que no vienen a cuento; para neutralizar al rajado lo mete en tablas y sigue con su descaro gallináceo; el chaval lo recoge y se monta encima, antes de las manoletinas.
Final
Al final del festejo es de noche cerrada. Quizás el comienzo debería haber sido un poco más temprano. Hace frío y el ambiente es de todo menos acogedor. Gusta otro fin de espectáculo. Salen los tres acartelados a hombros pero hay dejar dicho que el número de orejas ha sido un exceso. Nos estamos acostumbrando a regalar trofeos como el que reparte bolsas de pipas. Esto no sabemos a quién ayuda pero al toreo desde luego que no.