
Plaza de toros de Santa Olalla del Cala (Huelva), 22 de octubre de 2022. Corrida de toros organizada por la empresa Bullstar Espectáculos, correspondiente a la Fiesta de la Trashumancia. Tarde desagradable de cielo gris, viento y a veces lluvia. Media entrada. Preside Miguel Romero. Ameniza la Banda Municipal de Música de El Real de la Jara, dirigida por Matías Fernández.
Se lidian seis toros de Las Monjas (hierro que pasta en Lora del Río, Sevilla); con buena presencia en general y de juego interesante.

- David Galván, dos pinchazos y estocada; una oreja. Pinchazo y media; dos orejas.
- Rafael Serna, tres pinchazos, media estocada y estocada honda; silencio. Estocada desprendida; dos orejas.
- Ángel Jiménez, pinchazo, entera algo caída y dos golpes de descabello tras aviso; una oreja. Pinchazo y entera; una oreja.
Incidencias: tras el paseíllo se guarda un minuto de silencio por Gregorio Álvarez, propietario del coso. El Himno Nacional suena cuando se ha deshecho el orden del paseíllo y las cuadrillas están en el callejón o repartidas por el ruedo. El alcalde entrega al hijo de Gregorio Álvarez una placa de reconocimiento. El festejo es transmitido por Canal Sur TV. Los tres toreros salen a hombros.
Comentario
Es de agradecer que un pueblo del tamaño de Santa Olalla del Cala organice una corrida de toros a estas alturas del año. Nos consta que el alcalde está siempre a favor de la Fiesta pero la política empresarial debería tener la habilidad de que el público acuda estimulado por una política de precios, aprovechando que el festejo es televisado. La plaza aparece adornada con una orla vegetal; es la fiesta de la Trashumancia. Lo que no parece ayudar es el tiempo meteorológico.
En el cartel está el atractivo de contar con toreros que necesitan oportunidades. David Galván, que empezó la temporada dubitativo, lleva dieciséis tardes y treinta orejas, lo que no es poco para los tiempos que corren, destacando los últimos éxitos en América. Serna anda más escaso de bagaje y Jiménez, con algo más, viene de proclamarse triunfador de la feria de Écija.
David Galván
David Galván, de obispo y oro, en su primero, castaño que mete la cara en el capote y repite, aplica verónicas de manos bajas, avanzando. Lo lleva con chicuelinas al paso al caballo de Esquivel, donde mete los riñones y recibe puyazo asentado. Los palos se ponen bien en los tres pares, con un solvente Miguel Ángel Sánchez.
Brinda al público y empieza faena en tablas por alto antes de extenderse con la mano derecha, primero en una serie larga, en la que el toro dobla las manos, y luego dos buenas en redondo, una sobre el tercio y otra en los medios.
Con la izquierda el toreo sale en serie también larga pero de uno en uno, completada con otra de toreo en corto alternado con adornos y comunicación con el público; de nuevo a diestra salen circulares y se termina con bernadinas aplaudidas. Al entrar a matar, en el primer intento recibe un golpe de pitón en la rodilla derecha.
En su segundo realiza de salida un lanceo sobre los pies luchando contra el viento. El toro va dos veces al caballo de Molina y recibe dos puyazos fuertes. El tercio de banderillas consiste en dos pares que incluyen el sobaquillo. La muleta inicia por bajo con poder y con buen remate de pecho; sigue el toreo en redondo, con dos tandas de pases limpios y de trazo largo más otra donde el animal lleva ya la cara a media altura; David insiste por ahí sacando tanda en redondo rematada con cuatro pases de pecho y un martinete.
Estos detalles no eran frecuentes en la forma que antes (de la pandemia) exhibía el de San Fernando. Con la izquierda hay una serie de mando y con la derecha, metido ya el toro en el canasto, torea a placer.

Rafael Serna
Rafael Serna, de grana y oro, a su primero, que echa las manos por delante, lo lancea en tablas con cierta irregularidad rematando con media. El bicho va pronto al caballo de Santiago Chocolate y mete los riñones para puyazo a modo; en el quite por chicuelinas y revolera sale, a cada lance, distraído. De garapullos hay dos pares solamente.
Tras brindis al público, la faena empieza por alto y las embestidas vienen a oleadas pero pasa a doblones y el sevillano acaba pudiéndole; siguen dos tandas en redondo buenas y el animal va humillado; por el pitón izquierdo embiste al paso y los pases salen de uno en uno; de nuevo a diestra, sale un circular con molinete antes de una serie larga en que sigue humillando el funo. La preparación para la muerte se realiza con la izquierda.
En su segundo, castaño, gacho y corniapretado, que anda suelto de salida, ejecuta verónicas ganando terreno, con media y recorte, ante uno que embiste a arreones. En varas empuja hacia arriba y derriba al picador y en la segunda visita recibe puya trasera. Los palos no tienen historia.
En los doblones de inicio hay vuelta de campana del cornúpeto y se continúa con toreo en vertical; tres tandas en redondo ponen a prueba a un animal que va obediente; con la izquierda tenemos de uno en uno y luego dos tandas, la segunda rematada con molinete y de pecho; de nuevo a diestra, el toro va con la cabeza alta y ya está la faena hecha. La estocada se realiza al volapié.

Ángel Jiménez
Ángel Jiménez, de celeste y azabache, a su primero, castaño que echa las manos por delante en el capote, lo lancea sacándolo de las tablas. En el caballo mete los riñones y recibe puya recargando, como recargando se le pone la segunda. Los palos se reducen a par y medio, habilidoso el primero y con uno solo en el segundo.
Doblones genuflexos poderosos preceden a una serie trazada en línea y a otro trazada en redondo; con la izquierda torea de uno en uno gustándose pero vuelve a diestra y por ahí el toro es más repetidor; a izquierda hay enganchones y un desarme; por la derecha sale una serie vibrante y, vez de seguir con esa mano, torna a la izquierda con una serie de ayudados con estética corporal. El primer pinchazo lo realiza recibiendo.
En su segundo, burraco (que denuncia su origen jandilla), vemos lances a pies juntos ante un animal que sale suelto y al que no se le consigue fijar. En el caballo hay puyazo duro recargando y corrigiendo, operación que se repite en el segundo intento y cuando se marcha el piquero hay un puyacito defensivo. Hay un buen par de Ignacio Martín.
La faena comienza con pases por la cara; en los medios hay tanda de prueba, en que el toro no termina de entregarse, siguiéndole una de uno en uno y en la subsiguiente es desarmado, tras lo que sale corriendo en línea recta; consigue sacar luego una en regla y la última, sin acople. No ha usado la mano izquierda. El ecijano tiene vitola de torero artista, pero los artistas necesitan rodaje y acumular experiencia. La oreja es cariñosísima.

Al final, la meteorología ha quitado brillantez pero no satisfacción por el rato pasado entre los paisanos y por la foto de los tres toreros acartelados saliendo a hombros. Sí, ha habido exceso de orejas pero los toros no han escaseado de presencia, en lo morfológico decimos. Alcalde, que no decaiga (y que la próxima vez el himno Nacional suene al principio de todo).