La vida de Stephen Harmon se ha apagado para siempre. El hombre de 34 años ha fallecido por coronavirus, Stephen era un joven negacionista que formaba parte de una conocida iglesia antivacunas de Los Ángeles, el cual negaba que el coronavirus existiese, o, en caso de que lo hiciese, que fuera una enfermedad grave.
El joven se negaba a vacunarse porque pensaba que las vacunas eran un engaño, e incluso llegó a desprestigiar las maquinas de respiración asistida considerándolas de "estúpidas", tal y como recoge el diario The Sun.
"Tengo 99 problemas, pero la vacuna no es uno de ellos"
Antes de contagiarse de covid, Stephen se reía de todas las medidas de contención del virus, de los sanitarios que luchaban contra él y de la vacuna. "Tengo 99 problemas, pero la vacuna no es uno de ellos" decía en redes sociales alegando que la pandemia no era tan grave como todo el mundo decía.
A causa del coronavirus fue ingresado en un hospital de las afueras de Los Ángeles, fue conectado a un respirador para tratar su neumonía aguda. Una vez allí comenzó a mostrar mediante su actividad en redes sociales, las secuelas que tenía el virus.
El día que le intubaron indicó: "Por favor, oren todos, realmente quieren intubarme y ponerme un ventilador". Y en su último tweet, publicado este miércoles, poco antes de morir dijo: "No sé cuándo me despertaré, por favor oren".
34 y.o. anti-vaxxer Stephen Harmon died from COVID on July 21. On June 3rd he posted a tweet saying "I got 99 problems but a vax ain’t one." Please #GetVaccinated and wear a mask. #SoulsLostToCovid https://t.co/BkWV1DTSrd pic.twitter.com/i2ZW2MHhU7
— Cleavon MD 💉 (@Cleavon_MD) July 23, 2021
El paciente confiaba más en la biblia que en los propios sanitarios
Aún así, prácticamente a punto de perder su vida, dijo que, aún en esas condiciones rechazaría ponerse la vacuna porque "su fe religiosa le protegería" del virus y que confiaba más en la biblia que en los propios sanitarios.
Stephen Harmon falleció en el hospital, con tan solo 34 años, a causa de las secuelas del coronavirus, sin haberse vacunado, diciendo que su contagio había reafirmado su fe religiosa.