
Plaza de toros de La Maestranza de Sevilla, 1 de septiembre de 2023. Corrida de toros organizada por la empresa Pagés, correspondiente al tercer y último festejo de la Feria Taurina de San Miguel 2023, en la que El Juli se despide de los ruedos. Tarde de cielo azul con calor. Lleno de No Hay Billetes. Preside Fernando Fernández-Figueroa. Ameniza la Banda de Música “Maestro Tejera”.
Se lidian tres toros (primero, tercero y quinto) de Gacigrande y tres (segundo, cuarto y sexto) de Domingo Hernández (hierros que pastan en Alaraz y en Pozos de Hinojo, Salamanca), justos de presentación y de juego desrazado en general. En el arrastre, el segundo recibe palmitas.
- Julián López El Juli, pinchazo, media trasera caída y seis golpes de descabello; silencio. Honda arriba; una oreja con petición de segunda.
- Sebastián Castella, honda en su sitio de efecto rápido; ovación. Honda arriba; silencio.
- Daniel Luque, entera desprendida; dos orejas. Entera trasera y desprendida; ovación tras petición.
Incidencias: después de terminar el paseíllo el público le dedica una ovación a El Juli, que se despide esta tarde de los ruedos. Entre los picadores, destacan el puyazo de Alventus (de la cuadrilla de El Juli) en el primero y de Agustín Romero (de la cuadrilla de Castella) en el segundo.
Entre los banderilleros, destacan los pares de Fernando Sánchez (de la cuadrilla de El Juli) en el primero y en el cuarto; los de Rafael Viotti y José Chacón (de la cuadrilla de Castella) en el segundo y en el quinto respectivamente, los cuales se desmonteran, los dos, en el segundo, el uno por los palos y el otro por la brega; finalmente, los de Iván García (de la cuadrilla de Luque) en el tercero, donde se desmontera. Al acabar la corrida toda la plaza, puesta en pie, le dedica una calurosa ovación de despedida a El Juli mientras cruza la plaza camino de la puerta de cuadrillas.

Comentario
Llega el día en que El Juli se despide de los ruedos. Cuando se anunció las entradas se acabaron en veinticuatro horas. Todo el mundo quería ver la última actuación del torero que ha marcada una época. Recordamos que en sus comienzos, ante la atracción que despertaba un niño por su variedad en el capote, dijo que él no quería que se hablara de sus quites, que lo que quería era ser un torero de época. Pues lo ha conseguido. Nacido en octubre de 1982, se presentó de becerrista en julio de 1995; debutó con picadores en marzo de 1997 y tomó la alternativa en septiembre de 1998. Ha salido siete veces por la Puerta del Príncipe; es normal que haya elegido esta plaza para retirarse.
Castella se ha ganado la sustitución de Morante con la salida del día anterior por la Puerta del Príncipe; en la temporada de vuelta tras tres años de descanso, está luciendo un toreo de valor, como siempre, y de arte. Luque parece que está superando los problemas que arrastraba desde la cogida en El Puerto de Santa María y siempre es posible verle mostrar su poderío..
El Juli
El Juli, de burdeos y oro, en su primero, de trapío justo y corniabierto, da recibo en tablas a uno que no se emplea. En el caballo sale suelto en ambas ocasiones. Álvaro Montes banderillea con solvencia y Fernando Sánchez, con exposición. Brinda, a través de la televisión, a la afición mejicana y mientras avanza hacia el tercio para levantar la montera al público todos los toreros le aplauden.
El inicio es por doblones y por alto pero a la tanda siguiente el toro muestra su incomodidad, reservándose, y a la vez suelta tornillazos, hasta terminar rajándose.

El segundo de El Juli
A su segundo, Saleroso de nombre para la historia, lo recibe a porta gayola arrodillado casi en el centro de la plaza. Las dos puyas de Barroso son breves; en el intermedio el matador quita por chicuelinas, cordobina y media. El banderillero Sánchez queda, como siempre, su marca y es muy aplaudido.
Brinda al público y al caer la montera arranca la música de “Suspiros de España”; el toro pierde las manos con facilidad y puntea continuamente pero el torero intenta alargar siempre el pase; termina con toreo de frente. Mata en suerte contraria. La vuelta con el trofeo la da portando una bandera mejicana, entre gritos de “torero, torero”.

Sebastián Castella
Castella, de azul marino y oro, a su primero, bien hecho, recibe con dos lances y luego se hinca de rodillas para mover un capote templado. Las dos puyas son breves y hay dos quites, uno de Luque y otro de Castella. Viotti, en palos, y Chacón, en brega, se lucen. Brinda a El Juli e inicia a pies juntos, hay conjunción entre toro y torero pero el toro, acusando el esfuerzo en el capote, se acaba rajando. La estocada se ejecuta a toro parado y su efecto es rápido (en menos de trece segundos está muerto).
El segundo de Castella
En su segundo, castaño y bien hecho, se va a porta gayola y, tras larga cambiada, veroniquea con relajo hasta que el funo decide ignorar a todo el mundo. La pelea en el caballo es fea. Chacón deja buenos pares, que habrían merecido un desmontere. Inicia faena con doblones toreros dominando al toro; éste muestra siempre buen embroque pero a la salida del pase se hace el distraído; queda continuamente descruzado y obliga al torero a recuperar posición, lo que dificulta la conexión con el público.

Daniel Luque
Daniel Luque, de verde y oro, a su primero, castaño, da un recibo movido por las cosas extrañas que hace el garcigrande. En el caballo de El Patilla empuja abajo; recibe una puya medida y otra contundente. García tiene que repetir su segundo par porque se le venía como un tren, lo que no le impide desmonterarse.
Brinda a El Juli e inicia por alto, avanzando al tercio con trincheras, molinete y uno de pecho largo; el animal tiene buen tranco y las tandas son rotundas, terminando con luquinas (luquinas de Luque, no luquesinas). El torero ha hecho al toro y la estocada es bien ejecutada.

El segundo de Luque
En su segundo, corniabierto, el recibo en tablas ofrece pocas posibilidades por la poca fuerza del animal. En el caballo hay que salir a buscarlo, las dos ocasiones, más allá de la segunda raya y luego en la pelea intenta quitarse la vara de encima. Las banderillas tienen de todo. Brinda a Paco Ojeda; la faena se basa en la mano derecha, con pases largos, y el toro acaba sometido.
Final
El Juli se niega a dar una vuelta a hombros. La ovación mientras se va, cruzando el ruedo, es de época, con todo el público en pie. Nuestra ovación en su despedida la queremos acompañar de las palabras que, en la suya, dijo Ricardo Torrres Bombita: “Los toreros deben retirarse sin haber tomado la cuesta abajo. A nosotros nos pasa como a la fruta, que cuando madura si no se coge se cae del árbol”. El Juli no se estaba cayendo; tampoco había tomado ninguna cuesta abajo.