domingo. 24.09.2023
Diego Urdiales | Foto: Marciano Breña
Diego Urdiales | Foto: Marciano Breña

Plaza Real de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz), 11 de agosto de 2023. Corrida de toros organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al quinto festejo de abono en la temporada de verano 2023. Tarde de cielo despejado con levante caluroso. Casi media entrada. Preside Raúl Capdevila. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.

Se lidian seis toros de Montalvo, de origen, doble, martínez y juanpedro (hierro que pasta en Matilla, Salamanca), con pesos entre 480 y 545 kilos, correctos de presentación aceptable y de juego en general complicados. En el arrastre, el primero y el cuarto tienen pitos; el segundo, ovación; el sexto, palmas.

  • Diego Urdiales, dos pinchazos y entera; ovación. Gran estocada; ovación. Dos pinchazos y estocada arriba (en el sexto, por Luque); palmas.
  • Sebastián Castella, pinchazo y entera trasera; una oreja. Estocada algo caída y descabello; ovación.
  • Daniel Luque, entera en lo alto; una oreja. Herido en su segundo.

Incidencias: antes de arrancar el paseíllo suena el Himno Nacional. Diego Urdiales hace el paseíllo destocado como nuevo en esta plaza. Entre los picadores, destaca el puyazo de Bernal (de la cuadrilla de Sebastián Castella) en el quinto.

Entre los banderilleros, destacan Juan Contreras, Iván García y Jesús Arruga (de la cuadrilla de Daniel Luque) que se desmonteran en el tercero y en el sexto. El parte médico de Luque habla de dos cornadas en el abdomen, una con evisceración, y lesión (esguince o fractura) en el tobillo.

Daniel Luque | Foto: Marciano Breña
Daniel Luque | Foto: Marciano Breña

Comentario

Llega la tarde en que se presenta en El Puerto de Santa María el torero de Arnedo (La Rioja); ha hecho falta mucho tiempo. Vuelve Castella después de su retirada de varias temporadas y después también de obtener varios éxitos en esta temporada, entre ellos el doble triunfo en San Isidro. Luque es un torero atractivo, con tirón creciente, conseguido por su capacidad de poder ante toda clase de toros; no en vano salió dos tardes a hombros el año pasado en esta misma plaza. Los toros de Montalvo no se suelen prodigar por estos lares y hoy es tarde de prueba.

Diego Urdiales

Diego Urdiales, de rioja y oro, en su primero, bien presentado, hace recibo austero, con olés incluso cuando el pase no está bien rematado. Tarda en ir al caballo y lo persiguen por distintos lugares; entra sin convencimiento y sale de naja; al final la puya se pone como se puede. Los palos son de palo.

La faena se inicia con trasteo largo en tablas, en el tercio y en los medios; el toro se va en cuanto puede y lo retiene en terrenos de sol para sacarle un poquito de algo; luego sale una tanda en redondo mejor aplaudida que ejecutada. Por el pitón izquierdo salen pases de uno en uno, sueltos y con enganchones (que no enganchados). A diestra de nuevo, hay algún destello ante la embestida cansina y protestona del burel. Al tercer intento de la espada el animal pone en apuros a Diego en el momento de la estocada.

Diego Urdiales | Foto: Marciano Breña
Diego Urdiales | Foto: Marciano Breña

El segundo de Urdiales

A su segundo, engatillado, lo recibe de aliño con el toro saliendo de cada pase con a mirada perdida. Tarda en visitar al caballo y se va, pero lo persiguen por los medios entre gritos del público y la puya queda, otra vez, como se puede. En palos la colaboración del funo es nula y hace sudar tinta a los subalternos. Lo saca de tablas a medios pasando la muleta por la cara; sigue tandita con poco entusiasmo. Por el pitón izquierdo no colabora y se revuelve hasta provocar un desarme. A diestra de nuevo, hay pasecitos sin rematar aunque el de Arnedo muestra voluntad; el bicho empieza a retroceder y lo que queda es fajarse (eso es lo que hace).

Sebastián Castella

Sebastián Castella, de fucsia y oro, a su primero le ofrece un recibo en el tercio con discontinuidad. En el peto hay mucha protesta y la puya es superficial; el quite es de una media. Bueno es el primer par de Chacón. Hay un gran inicio por doblones, muy jaleados, seguido de tanda en redondo antes de pasar a gran tanda ligada, con quietud y en la que el animal va muy bien.

Con la izquierda se toma su tiempo y luego templa mientras el adversario humilla; en la siguiente tanda cita de frente y baja la mano para llevarlo hasta atrás, provocando aplausos que le acompañan mientras va a recoger el estoque. El final va por manoletinas y toreo por bajo.

Sebastián Castella | Foto: Marciano Breña
Sebastián Castella | Foto: Marciano Breña

El segundo de Castella

En su segundo, algo engatillado, el saludo se hace por delantales, ante un animal respingón y desconfiado, rematando con media entre rayas. Tarda e ir al caballo pero es bien cogido pro Bernal. Los tres pares quedan bien aunque el tercero se pone tras sonar el clarín de cambio de tercio; no se entiende que el presidente saque el pañuelo cuando el banderillero ya va corriendo hacia el toro, poniéndolo en situación comprometida.

La faena empieza en los medios con toreo vertical y en redondo. Con la izquierda hay ayudados corriendo muy bien la mano, aplaudidos. A diestra de nuevo, mete al toro en la canasta y lo lleva con mano baja, lo mismo que en la tanda siguiente, aunque ahora el toro va rebrincadito; insiste por ahí y al remate lo deja a una distancia para no ahogarlo. Vuelto a zurda, cita de frente y le quiere sacar más de lo que tiene.

Sebastián Castella | Foto: Marciano Breña
Sebastián Castella | Foto: Marciano Breña

Daniel Luque

Daniel Luque, de azul y oro, a su primero, algo veleto y abanto, lo saluda bajando la mano y sufre varias coladas, terminando en un recorte más allá de la segunda raya. El picador agarra al toro entre rayas y le da fuerte; el quite, por cordobinas y media, es aplaudido. Los rehileteros se lucen. Brinda al público e inicia toreando por bajo de tablas a tercio; sigue tanda en redondo a un rebrincado que pronto empieza a quedarse.

Con la izquierda hay, primero, una tanda breve pero buena, arrastrando la muleta, y le sigue otra de toreo vertical gustándose. A diestra de nuevo, el toreo en redondo va a media alturita y el toro le sigue, entre aplausos; la última es por el estilo pero el brazo que queda libre discurre medio elevado, lo que resta pureza. La estocada ayuda al trofeo.

El segundo de Luque

En su segundo hay recibo con verónicas de amplios vuelos y con pasos adelante pensativos, terminados en semi media. Se arranca al caballo en corto y con gran topetazo derriba aparatosamente; mientras levantan al caballo el presidente cambia el tercio y despierta algunas protestas por no haberse picado al burel. Iván García y Arruga hacen las delicias del público (y asistimos al momento en que un banderillero tercero se desmontera dos veces en la misma tarde, algo un tanto ilógico).

Vemos buen inicio con doblones profundos, trincherazo y uno de pecho largo, seguido de poderosa tanda en redondo aplaudida. Con la izquierda arma un lío de verdad y pone a la gente en pie. A diestra de nuevo, cita de lejos y la tanda se escribe sobre una espiral perfecta, entre aplausos y el solo de “Nerva”, creando un momento bello. Toma la muleta con la izquierda y cuando se dispone a citar el bicho se arranca de improviso y levanta al torero con varios pasos de pitón a pitón, cayendo boca abajo; se va conmocionado a tablas y lo retiran a la enfermería.

Daniel Luque | Foto: Marciano Breña
Daniel Luque | Foto: Marciano Breña

Epílogo

Al final de la corrida, el médico, tras publicar el parte sobre Luque, explica a los informadores: “El pronóstico es grave por la cantidad de días que va a estar de baja; lo que no creo es que corra peligro la vida del torero”. Son palabras que estremecen.

Hablamos con aficionados y personas que han asistido al espectáculo; el tema de conversación es la cogida, no lo interesante que ha estado la tarde. Uno, aficionado conspicuo, nos hace la observación siguiente: “El toro se arrancó rápido e imprevisto, con la faena ya avanzada, porque no había sido picado”. Ahí está la importancia de dirigir bien una corrida y ordenar los tiempos; ordenarlos, no desordenarlos.

De todas maneras, se trata de un recordatorio de que los toreros son héroes. La Fiesta de los toros es el espectáculo que nos reconcilia con nuestro pasado; es el contrapeso a una sociedad mecanizada y acomodaticia en que las personas se mueven sólo como piezas esclavizadas de un sistema. Contra esa esclavitud, el torero representa la lucha por la libertad, sin reparar en el coste que pueda suponer.

En El Puerto Urdiales se presenta y Luque cae herido