
Plaza Real de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz), 10 de agosto de 2023. Novillada picada organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al cuarto festejo de abono en la temporada de verano 2023. Cielo brumoso con bochorno. Un cuarto de entrada. Preside Rafael Carrero. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.
Se lidian seis novillos de La Cercada (hierro que pasta en Alconchel, Badajoz), con pesos entre 410 y 470 kilos, de buena presentación y juego diverso pero colaboradores en general. En el arrastre, el segundo, el tercero y el cuarto tienen palmas; el sexto, ovación.
- Víctor Barroso, entera arriba; ovación. Gran estocada; dos orejas.
- Manuel Caballero, dos pinchazos y honda traserilla; ovación. Entera algo atravesada; una oreja.
- Manuel Román, cuatro pinchazos y dos descabellos; ovación. Cuatro pinchazos y cuatro descabellos, tras aviso; vuelta al ruedo.
Incidencias: antes de arrancar el paseíllo suena el Himno Nacional. Entre los picadores, destacan los puyazos de Juan Carlos Sánchez (de la cuadrilla de Román) en el tercero y de Paco Félix (de la cuadrilla de Víctor Barroso) en el cuarto.
Entre los banderilleros, destacan los pares de Ambel (de la cuadrilla de Román) que se desmontera en el tercero y de Miguel Ángel Sánchez y Perico (de la cuadrilla de Román), que se desmonteran en el sexto; además, Ambel es aplaudido en la brega del sexto. Víctor Barroso sale a hombros.

Comentario
La temporada taurina de El Puerto de Santa María va discurriendo por unos derroteros triunfalistas, con puertas grandes todos los días. La novillada picada se ha confeccionado con un cartel atractivo; está el novillero local y dos nombres que despiertan grandes esperanzas, especialmente en sus ambientes, Albacete y Córdoba. El ganado es del hierro que el año pasado también salió aquí, con buen juego en general; se trata de ganadería formada con una punta de El Freixo.
Víctor Barroso salió a hombros aquí el año pasado, en novillada homóloga a la de ahora; también el año anterior en novillada sin picar. Manuel Caballero es hijo del Manuel Caballero que en El Puerto ha dejado tardes importantes, como aquella de 2002 en que indultó al toro Frutero de Jandilla. Manuel Román es un estilista, un torero clásico y de gusto, con dotación natural, de los que gustan a todos.
Víctor Barroso
Víctor Barroso, de blanco y oro con vivos negros, en su primero, bien hecho, lo aliña en el saludo que acaba con delantales y media. En la puya hay protestas del público y las banderillas son correctas. Brinda a El Juli, que está en el callejón, y en el tercio desarrolla tres tandas sin buena colocación. Con la izquierda tampoco aumenta la tensión ni el entendimiento entre ambos protagonistas y aunque Víctor sigue intentándolo no saca nada.
El segundo de Barroso
A su segundo, colorado bociblanco, le aplica de saludo larga cambiada de rodillas, lances al paso, chicuelinas y media. El picador defiende bien al caballo y coge bien al toro para puya aplaudida; Paco Félix es candidato a premio entre picadores pero es espectáculo de novillada y no se fijarán en él. Víctor Nieto anda bien con los avivadores.
Brinda al empresario y el inicio es vibrante, de rodillas con tanda completa y terminada con doblones y trinchera, para luego seguir en redondo. Con la izquierda sale tanda ligada. A diestra de nuevo, baja la mano pero aparecen las protestas del cornúpeto y pasa a circulares con arrucina, más las cercanías, caras a este novillero. Por el pitón izquierdo siguen las cercanías, luquinas y desplante tirando la muleta. Tras coger el estoque termina de rodillas, otra vez, para torear en redondo.

Manuel Caballero
Manuel Caballero, de sangre de toro y oro, a su primero, bonito, ofrece un bonito ramillete de verónicas con revolera y brionesa. Lo lleva al caballo con chicuelinas al paso, aplaudidas; el picador lo coge en la segunda raya (lo que levanta las protestas del público) pero la puya queda correcta. Carlos Ruiz anda bien.
Brinda al público y arranca con bellos doblones y uno bueno de pecho; el toreo en redondo surge en el tercio, bajando la mano entre aplausos, y luego en los medios, con la misma mano baja. Por el pitón izquierdo los pases son de trazo largo. A diestra de nuevo, volvemos al toreo en redondo pero el bicho protesta ya; vamos cerrando con doblones y trinchera.

El segundo de Caballero
En su segundo, colorado algo montado, ofrece saludo en el tercio, completado con tafallera y cordobina, pero el animal ahí pierde las manos. El puyazo es trasero y caído, con protestas, y los palos tienen cal y arena. Lo saca de tablas y en los medios, sin probaturas, ofrece tanda en redondo muy aplaudida, seguida de otra buena con un animal que va bien. Con la izquierda los pases salen ligados pero a la siguiente tanda el bicho va acortando el viaje. Con la diestra de nuevo, el novillo se va quedando y el novillero recurre a circulares, con algún parón bien aguantado.
Manuel Román
Manuel Román, de rosa y oro, a su primero, cuajado y cornidelantero, le da un elegante saludo con verónicas al paso y media de mano baja, más chicuelina de recurso. La puya es bien puesta aunque el animal pelea de medio lado; el quite, por chicuelinas con larga natural, es muy aplaudido. Ambel, pese a su gran actuación, se resiste a desmonterarse y al final lo hace, remiso, desde el callejón.
Brinda a El Juli y en los medios comienza con tanda elegante a media altura, seguida de otra con ligazón y dos de pecho (incluido martinete, ay) que arrancan los aplausos del público; a la siguiente el animal pierde las manos pero el cordobés compone la figura. Por el pitón izquierdo el novillo empieza a descomponerse pero la tanda sale. A diestra de nuevo, los olés vuelven cuando vuelve la ligazón y vuelven también los pases de pecho a pares (costumbre censurable). La preparación para la espada va por ayudados.

El segundo de Román
En su segundo hay un largo saludo de verónicas bien movidas, avanzando, y media en los medios; es el mejor capoteo que vemos en la tarde-noche. Le pegan con el sistema de salida tapada pero aun así el pica oye palmitas; ¡qué bien brega Ambel y cómo lo reconoce el público! Los rehiletes nos proporcionan un capítulo de disfrute. Brinda al público y el novillero se entretiene en dar la vuelta a la montera; por favor, que alguien le corrija estas tonterías a alguien que aspira a ser torero de arte.
El inicio de faena con bellos doblones se remata con trinchera y un largo pase de pecho, siguiendo con tanda de mano baja. Por el pitón izquierdo la mano sigue baja pero el bicho sale de cada pase algo distraído, aunque sigue por ahí otra tanda con mucho temple, concluida en gritos de “torero, torero”. A diestra de nuevo, el novillo se mueve metido, ahora sí, en la tela; él se abandona y, de espaldas, suelta la muleta al final de la tanda. Cuando se está terminando con manoletinas salen algunos gritos de “indulto”, injustificados. El presidente, bien, no accede ni siquiera a una vuelta en el arrastre.

Conclusión
La sesión ha estado entretenida. Sale Víctor Barroso, una vez más, a hombros por la puerta grande de la Plaza Real. Su éxito se ha basado en el apoyo de sus paisanos y también en el ejercicio de un toreo bullidor, provocativo; le gusta ponerse de rodillas y acortar terrenos incluso antes de tiempo. Caballero y Román han ofrecido un toreo de clasicismo, incluso de belleza (ese capote cordobés), pero el acero en ambos ha desbaratado lo conseguido en la faena; con él han tirado a la papelera los trofeos que tenían más que ganados. Así es esto de los toros.