viernes. 02.06.2023

La cuarta magallánica, con miuras, termina con los tres toreros a hombros

La IV Corrida Magallánica de Sanlúcar a cargo de Escribano, Chacón y Galván reparte orejas pródigas.

Los tres toreros a hombros | Foto: Marciano Breña
Los tres toreros a hombros | Foto: Marciano Breña

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), domingo, 21 de agosto de 2022. IV Corrida Magallánica, organizada por Carmelo García en celebración del Quinto Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Tarde soleada con algo de brisa poniente. Casi lleno. Preside Luis Rodríguez. Ameniza la Banda de Música “Julián Cerdán”, dirigida en esta ocasión por Juanma Gallego.

Se lidian seis toros de la ganadería de Eduardo y Antonio Miura (que pasta en Lora del Río, Sevilla), con pesos entre 560 y 640 kilos, bien presentados (el cuarto, aplaudido de salida) y en general dejándose torear. En el arrastre, el cuarto tiene palmitas y el quinto, palmas.

Alguacililla | Foto: Marciano Breña
Alguacililla | Foto: Marciano Breña

Octavio Chacón, pinchazo y media con dos avisos; una oreja. Entera arriba tendida y dos golpes de descabello; una oreja.

Manuel Escribano, entera desprendida al segundo intento; una oreja. Pinchazo y honda desprendida, con aviso; una oreja.

David Galván, entera arriba; una oreja con petición de segunda. Pinchazo arriba y media en buen sitio con dos golpes de descabello; una oreja.

Incidencias: La alfombra de sal en el ruedo presenta elementos alusivos a la Primera Vuelta al Mundo, destacando la nao Victoria en el centro, y los actuantes visten atuendos como los de los marineros del siglo XVI. Antes de arrancar el paseíllo se interpreta el Himno Nacional. Se usan banderillas de lujo. Tras parear, saluda Lipi en el tercer toro.

Octavio Chacón resulta cogido en el primero pero continúa la lidia. El parte médico de Octavio Chacón habla de cornada en la parte posterior del muslo derecho con dos trayectorias, de veinte y de diez centímetros, que afectan a la musculatura, con pronóstico menos grave; tras limpieza, drenaje y cierre puede volver al ruedo. Los tres matadores salen a hombros.

Comentario

Este año tocaba organizar la cuarta corrida que conmemora la Primera Vuelta al Mundo. Va camino de convertirse en un clásico, aunque se pasen las fechas de tal conmemoración; algunos olvidarán que estos festejos antes se llamaban de Exaltación del Río Guadalquivir.

Como decíamos en los años pasados, seguimos discrepando del calificativo “magallánica” de la corrida, en lugar de “elcánica”, pues el que volvió a Sanlúcar de aquella hazaña fue Elcano y no Magallanes, el cual no decidió dar la circunvalación pues murió a la mitad, siendo la idea de don Juan Sebastián. Casi también un clásico es trae los miuras, viendo que esta ganadería asegura un éxito de público.

En la espléndida alfombra que adorna el ruedo (debida a Joaquín Lara y a Uta Geub) vemos por primera vez (aleluya) que no hay fotógrafos delante de los toreros al iniciarse el aseíllo; será por no estropear la alfombra pero esperemos que en sucesivos festejos en esta plaza se respete este gesto de no obstruir la vista del momento más esperado.

También vemos con agrado cómo el Himno Nacional se interpreta antes de arrancar el paseíllo, no al final como era costumbre antiprotocolaria. La alguacililla luce un casco morrión, propio de los tercios pero no de los alguaciles de la época; no hay que exagerar la ambientación pues puede llegar a carnaval.

En fin, vayamos con los protagonistas, que son los toreros, en este caso dos especialistas en el hierro y uno con vitola de artista no exento de valor.

Octavio Chacón

Octavio Chacón, de chaleco estampado con pasamanería dorada, a su primero, alto y con cara, lo lancea en tablas y remata con dos revoleras. Lo lleva al caballo camperamente para puya bien cogida y dura mientras el cornúpeto empuja abajo y desplaza al caballo; para la segunda vara, con el caballo en terrenos del seis, arranca alegre desde el burladero de matadores para ser bien cogido, con aplausos al toro y al piquero.

Las banderillas se ejecutan de manera mejorable. Brinda al público y en tablas da tanda de tanteo antes de ir a los medios para sacar los pases de uno en uno en dos tandas mientras el de Zahariche se muestra a veces gazapón y a veces probón; por el pitón izquierdo el toreo tiene que ser aguantando y explayándose en los tres pases de pecho intercalados con un desplante de rodillas; de nuevo a diestra, saca en cercanías algo de ligazón y otra vez tres de pecho intercalados ahora con un martinete; tras coger el estoque aborda unas manoletinas que remata con uno de pecho pero en éste es prendido y luego volteado en el suelo.

Octavio Chacón
Octavio Chacón | Foto: Marciano Breña

La hombría impide al público sospechar que ya lleva cornada con dos trayectorias y sigue como si nada, pero en la vuelta con la oreja se ve la mancha de sangre sobre el calzón. El toro, también con hombría de toro, se ha tragado la muerte durante mucho tiempo sosteniéndose sobre las tablas en lento caminar. Lástima que Octavio caiga infantilmente en la tentación de firmar autógrafos mientras la vuelta.

A su segundo, bien hecho, le aplica en tablas verónicas de variado signo y media, tras la que salen capotes por doquier para entretener al toro. Hay buena pelea en el caballo pero la puya es fuerte y se pone recargando, como también la segunda.

El segundo par es bueno. Brinda al público otra vez e inicia de aliño con cambio de manos y uno de pecho; en el centro hay tres tandas de toreo a media altura, la segunda con cierta ligazón aplaudida y luego el toro va, simplemente va, pero a la cuarta tanda arranca de lejos y repite acortando el viaje provocando un cierto apuro pero Octavio se desplanta de rodillas, sin muleta; con la izquierda hay tanda breve y aplaudida; de nuevo a diestra, ahora baja la mano y acaba pasando por la cara en vista de que no hay más.

Vuelve a firmar autógrafos a los niños obligando al público a interrumpir un momento largo los aplausos al triunfador.

Octavio Chacón | Foto: Marciano Breña
Octavio Chacón | Foto: Marciano Breña

Manuel Escribano

Manuel Escribano, de chaqueta grana y calzas en gris, en su primero, negro remendado, corniabierto y sin fuerzas, saluda con lances avanzando a los medios, con media. Lo lleva al caballo con chicuelinas pero cae dos veces, la segunda aparatosamente de las cuatro patas, y recibe puya suave;  a la segunda acude de lejos y en el caballo vuelve a doblar las manos provocando palmas de tango, que serán insistentes.

En los palos está bien Curro Robles pero siguen las protestas por el toro. Inicia en el tercio por alto y luego en los medios anda a media altura para sacar a la tercera una serie mejor; con la izquierda torea de uno en uno y el toro va sin fuerzas antes de tirar la espada y sacar un molinete y unos naturales arrancados; de nuevo con la derecha y ya con la espada, dos molinetes alegradores preceden a una tanda a media altura y luego le pasa por la cara; con la izquierda insiste ante un animal que ni comunica ni presenta peligro en su flojera; tras coger el estoque hay tanda pinturera.

Al primer intento de estoquear sale trastabillado en movimiento insólito. Otro que firma autógrafos en la vuelta.

A su segundo, cómodo de cuerna, le ofrece unas verónicas dominadoras de tablas a medios. Pelea bien el caballo y la puya es bien cogida; a la segunda se arranca de lejos alegre y es también bien cogido, con aplausos al picador; el quite va por chicuelinas y serpentina.

El primer par de Juan Sierra es bueno. Brinda al público e inicia en el tercio por alto para seguir con tanda breve y aplaudida y otra a media altura a uno distraído pero que acude; por el pitón izquierdo el bicho protesta y el de Gerena cierra con desplante; por el pitón derecho de nuevo, va con la cabeza alta y muy parado, obligando a pasar al torero de cercanías que acaba con otro desplante, antes de pasar a un arrimón iniciado por alto.

Las palmas en el arrastre suponemos que se deben al comportamiento en el caballo y nada más.

Manuel Escribano | Foto: Eva Morales
Manuel Escribano | Foto: Eva Morales

David Galván

David Galván, de verde con pasamanería dorada, en su primero, mulato que sale berreón, ofrece un gran recibo por verónicas elegantes avanzando y media recogida, entre olés continuos; va a ser el mejor toreo de capote de la tarde. Lo lleva al caballo por chicuelinas para puya arriba, larga pero sin ahondar, y el toro se duerme; para la segunda visita lo deja a distancia y acude decidido, terminando en puyacito.

Lipi se luce y en el desmontere es acompañado por el tercero, en esta costumbre incorrecta que se ha generalizado de saludar quien ha puesto un solo par.

David Galván | Foto: Marciano Breña
David Galván | Foto: Marciano Breña

Tras brindar al público, inicia faena por alto avanzando a los medios y al llegar torea a media altura teniendo que aguantar una colada sin descomponerse para continuar a esa misma media altura; pasa a la mano izquierda para un periodo amplio de lidia, de uno en uno con pases de trazo largo, luego cruzándose y despatarrado, aunque el toro colabora ya poco, y sigue hasta que se queda parado, recurriendo al molinete y a algún pase por alto.

En la vuelta, también firma autógrafos, qué epidemia; no se dan cuenta de que ahí el protagonismo se lo lleva el solicitante y el torero renuncia a su merecido protagonismo (los autógrafos, en  la calle).

A su segundo, que no está entre los anunciados, aplica en tablas lances lidiadores doblándose por abajo y sometiendo. La puya queda trasera y es corregida pero mete los riñones y al salir dobla las manos; luego acude de lejos alegre y levanta los aplausos antes de un buen puyazo; hay aplausos al piquero mientras se va.

Los garapullos son un sainete aunque Víctor Nieto, en el segundo intento de su segundo par, los pone bien y arriesgando, obligándose a saltar y caer en el callejón.

Brinda al futbolista Joaquín y empieza en el tercio de sol por alto, premiado ya con aplausos; sigue tanda a media altura y el toro se muestra peligroso; a la siguiente busca y a la subsiguiente se queda en medio viaje saliendo con la cabeza alta pero el de San Fernando aguanta estoico; siguen tandas de valor ante un marrajo y, en vista de que no puede sacar más, tira la muleta y se desplanta de rodillas y de espalda, totalmente entregado, antes de abordar tanda preparatoria final.

En Sanlúcar hemos visto que las orejas se reparten con prodigalidad. Una vez acaba el festejo, se procede a la entrega de los premios que este año ha organizado la Peña José Luis Parada y que quedan como sigue.

El de Triunfador de la Corrida, Trofeo Peña Cultural Taurina José Luis Parada, es para Octavio Chacón; el del Mejor Puyazo, Trofeo Grupo Belcon, va para Juan Francisco Peña por su actuación en el quinto toro. El de Mejor Par de Banderillas, Trofeo Carmelo García, es de Víctor Nieto por el puesto en el sexto.

David Galván | Foto: Marciano Breña
David Galván | Foto: Marciano Breña

El de la Mejor Estocada, Trofeo Ofymar, se entrega a Manuel Escribano por la ejecutada en el quinto. Particularmente, no nos convencen los premios de banderillas y estocada. Creemos que Lipi tuvo una actuación impecable, sin tener que repetir el intento en ningún par, y que la estocada de Escribano fue al segundo intento, tras pinchazo, mientras que Galván en su primero mató a la primera. No olvidamos, desde luego, que la decisión válida es la de los miembros del jurado.

La cuarta magallánica, con miuras, termina con los tres toreros a hombros