miércoles. 06.12.2023
Emilio de Justo y Morante a hombros | Foto: Eva Morales
Emilio de Justo y Morante a hombros | Foto: Eva Morales

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), domingo, 11 de junio de 2023. Corrida de la Manzanilla, organizada por Carmelo García como segundo festejo de Feria. Cielo azul con marañas y viento de poniente. Casi lleno. Preside Luis Rodríguez. Ameniza la Banda de Música “Julián Cerdán”, dirigida por Justo Jiménez.

Se lidian seis toros de la ganadería de El Torero (que pasta en El Bosque, Cádiz), con pesos entre 487 y 540 kilos, de notable e igualada presentación pero de juego muy dispar. El quinto (Esturión, de nombre) es indultado; en el arrastre, el segundo y el cuarto tienen aplausos; el tercero, pitos.

Emilio de Justo | Foto: Marciano Breña
Emilio de Justo | Foto: Marciano Breña
  • José Antonio Morante de la Puebla, pinchazo y media atravesada con dos golpes de descabello; silencio. Entera algo caída; dos orejas.
  • Emilio de Justo, entera trasera tras aviso; una oreja. Indulto; dos orejas y rabo simbólicos.
  • Juan Ortega, entera desprendida; palmas saludadas desde el callejón. Estocada caída; palmas.

Incidencias: antes de arrancar el paseíllo se interpreta el Himno Nacional. Tras parear, saludan Gómez y Valcarce (de la cuadrilla de Emilio de Justo) en el quinto toro. Morante y de Justo salen a hombros.

Estamos en Sanlúcar y todo el mundo anda de feria. Carmelo García, que lleva diez años rigiendo la Plaza del Pino, estrena su nuevo mandato como empresario, para los próximos ocho años. El cartel confeccionado es de máximo atractivo y tenemos que añadirle que el día anterior ha sido precedido por una novillada con picadores, gesto que no se lo vemos a todos los empresarios.

El gesto que queremos dejar de ver en Sanlúcar es la presencia de fotógrafos en la arena a la hora del paseíllo. En Jerez ya no salen fotógrafos a la arena; en Sevilla, tampoco. ¿Es que Sanlúcar es plaza de menor categoría? Por contra, sí es bueno que la interpretación del Himno Nacional, no preceptiva, se realice antes de arrancar el paseíllo; así, al terminar éste no habrá superposición con los minutos de silencios en las ocasiones requeridas. Bien, ¿qué da de sí la corrida?

Morante de la Puebla

Morante de la Puebla, de tabaco e hilo blanco, a su primero lo saluda en tablas con lances pausados pero en la media final es desarmado. La brega es deficiente y la puya, larga y protestada; en el quite, visto y no visto, Morante sufre una colada y Lili provoca al burel una vuelta de campana.

En banderillas acude con la cara arriba pero Trujillo y Zayas solventan bien. El inicio de faena es un pasar por la cara en tablas; ya en los medios, hay tanda a media altura y el bicho va y viene; una nueva tanda, de prueba más que otra cosa, lleva a Morante a decidir coger el estoque. El toro se raja y tiene que ser cuadrado en terrenos de sol.

A su segundo, ligeramente engatillado, lo capotea por alto, sin entregarse ni toro ni torero. Tras dos puyazos en el mismo viaje, el quite es de dos y media. Hay un buen par de Zayas. El inicio va por alto, de tablas a tercio, siguiendo con tanda en redondo que incluye trinchera y uno bueno de pecho; en la siguiente tanda el toro sale con la cara alta hasta que desarma.

Con la izquierda, los pases, a media altura, salen de uno en uno y el público, grato, rompe a aplaudir. Con la derecha hay molinete y otra vez pases de uno en uno con un estatuario imprevisto. A zurda de nuevo, seguimos de uno en uno pero ahora con pases garbosos, más molinete invertido y uno bueno de pecho. A diestra, empieza a citar de frente y el animal acude con algo de humillación, obteniéndose la mejor tanda. Otra vez con la izquierda, hay breve serie mixta de molinete inverso y directo, ayudado por alto y trincherazo, que sirve de final.

Morante de la Puebla | Foto: Marciano Breña
Morante de la Puebla | Foto: Marciano Breña

Emilio de Justo

Emilio de Justo, de rioja y azabache, en su primero, corniapretado, hace un recibimiento caluroso, con larga cambiada de rodillas, seguida de lances poderosos, al paso, y varias medias en los medios, muy aplaudidas. El toro en el caballo hace pelea de bravo y recibe puya durísima, barrenando y con salida tapada, protestada por su duración. Los tres pares son buenos y Morenito de Arles, aplaudido.

Brinda al público y mira cómo cae la muleta (costumbre que un torero como él debería abandonar). Inicia por doblones, con desplazamiento del toro, que luego blandea en los medios, exigiendo tanda cuidadosa en la que acude rebrincado; en la siguiente tanda el animal no se concentra en la tela. Por el pitón izquierdo hay desarme, por lo que pasa otra vez al derecho, con tanda buena, ligada; pasa al toreo de cercanías con tanda aplaudida, seguida de otra en redondo rematada en bello trincherazo. El animal tiene muerte de bravo, espectacular, en el centro del ruedo.

A su segundo lo recibe en tablas; aunque mete la cara no se emplea. El puyazo queda algo caído y en el quite salen buenas chicuelinas y media. En los palos hay lucimiento. Arranca la faena con doblones poderosos seguidos de trincherazo y de pecho, repetidos, para continuar con gran tanda en redondo ante uno que humilla y con otra tanda ligada, en los medios.

Por el pitón izquierdo el toro embiste con menos compás pero consigue bajarle la mano y va con ayudados; sale otra tanda, ligada, también con el uso de la ayuda, por el viento. Volviendo a diestra, el animal acude por abajo y el público ya anda enardecido; en el de pecho se para y al cambiar de mano acude.

Tras recoger el estoque sale una buena tanda y también salen pañuelos blancos. Con la izquierda saca De Justo otra tanda y asoma el pañuelo naranja en el balcón presidencial, sin que haya mayoría de pañuelos blancos entre el público. Hay una nueva tanda con la izquierda, entre el regocijo de los asistentes; tras coger una banderilla saca una nueva tanda con la izquierda.

Simula la suerte de matar y deja la banderilla clavada en el lomo del toro; este movimiento sobra en Andalucía, pues el reglamento andaluz no lo contempla (“Ordenado el indulto, se procederá sin más a la devolución de la res a los corrales”), aunque el nacional lo exija, cosas de tener tantos reglamentos. Echamos de menos, sí, que saliera el mayoral (o el ganadero) a dar la vuelta al ruedo junto al torero. Tarda el toro en volver a los corrales y aquello (con capotes, toallas, palos, bueyes inexpertos…) se convierte en una plaza de pueblo.

Emilio de Justo | Foto: Marciano Breña
Emilio de Justo | Foto: Marciano Breña

Juan Ortega

Juan Ortega, de verde botella y azabache, en su primero, mulato, aplica, de saludo en tablas, verónicas genuflexas, jaleadas. En el caballo hay dos puyas fuertes, corrigiendo, protestadas; Jorge Fuentes no lo saca bien y hay pitada al picador. Miguel Ángel Sánchez se luce con los rehiletes.

La faena empieza con doblones avanzando a los medios y continúa con pases de aliño. Con la izquierda torea de uno en uno pero no acaba de haber acople. A diestra de nuevo, los pases siguen saliendo de uno en uno para luego volver al aliño. Ya.

A su segundo, lo recibe con lances en tablas, sin excesiva colaboración del burel. En el caballo hay buena pela y puya dura. Los palos son mejorables. Con la muleta lo saca con doblones de tablas a medios, para seguir con pases sueltos, hasta lograr unos cuantos con marca propia, y sacar otra tanda de uno en uno con buen remate y aplausos.

Por el pitón izquierdo vemos más pases sueltos, rematados con un molinete abelmontado y uno de pecho. De nuevo a diestra, sale una tanda ligada pero al querer rematar es desarmado; sigue una nueva tanda, ahora otra vez de uno en uno, y el animal protesta continuamente. Es hora de terminar.

Juan Ortega | Foto: Marciano Breña
Juan Ortega | Foto: Marciano Breña

El espectáculo ha sido de larga duración, pero el tiempo acompaña. Estamos en feria y, aunque los hosteleros andan con las casetas, siempre podemos encontrar algún sitio cercano donde degustar un pescaíto frito mientras comentamos sobre lo visto y sobre que número hace el indulto de hoy en esta plaza de Sanlúcar, donde los festejos casi se cuentan por indultos.

En Sanlúcar Emilio de Justo indulta a uno de El Torero