viernes. 26.04.2024

Al obispo Zornoza le crecen los enanos

La historia del falso cura, el último escándalo en la diócesis de Cádiz

Al obispo de Cádiz, Rafael Zornoza le crecen los enanos. En medio de una oleada de críticas a su gesitón pastoral y económica de la diócesis, le salta otro escándalo que puede traerle graves consecuencias.

Ante la escasez de vocaciones y, además, dado que no se fía de los curas gaditanos, lleva años 'importando' sacerdotes de diversas parte del mundo (especialmente de Polonia y de Colombia). Sin demasiados filtros ni excesivas verificaciones.

Tanto es así que ha tenido al cargo de una importante parroquia de Medina Sidonia a un cura que no es cura y que ni siquiera está ordenado. Se llama Miguel Ángel Ibarra Marín y hasta hace pocos días oficiaba como párroco de Santa María La Mayor Coronada y Santiago Apóstol.

Y, según ha podido trascender,"no es un caso aislado, porque nadie controla los sacerdotes que traen de fuera, que, por cierto, muchos sólo están una temporada y regresan a sus países de origen".

El falso cura se ha marchado de Cádiz hace unos días, después de la visita a Medina Sidonia del vicario judicial y del canciller-secretario. Todo en secreto. De hecho, la diócesis de Cádiz sólo se hizo eco de la noticia, una vez que la noticia ha saltado a la opinión pública, tanto en Colombia (de donde procede el falso presbítero) como en Cádiz.

Comunicado de la diócesis

En este sentido, el Obispado de Cádiz y Ceuta ha enviado un comunicado en el que desea manifestar lo siguiente en relación a Miguel Ángel Ibarra Marín, de nacionalidad colombiana, quien, en la actualidad, ejercía como párroco en la localidad de Medina Sidonia.

Miguel Ángel Ibarra Marín llegó a la diócesis de Cádiz y Ceuta, en octubre de 2017, a raíz de un acuerdo firmado con el Arzobispo de la archidiócesis de Santa Fe de Antioquia, Mons. Orlando Antonio Corrales García.

El supuesto sacerdote presentó en la diócesis de Cádiz y Ceuta toda la documentación requerida en estos casos. Asimismo, con anterioridad, esta persona había ejercido el ministerio en varias diócesis colombianas.

Desde inicios de este curso, Miguel Ángel Ibarra ejercía en las parroquias de Santa María La Mayor La Coronada y Santiago Apóstol de Medina Sidonia.

La Archidiócesis colombiana avisó, el pasado 13 de diciembre, a la diócesis de Cádiz y Ceuta que, tras una denuncia de falsedad en sus documentos de ordenación, se había llevado a cabo una profunda investigación que concluía que Miguel Ángel Ibarra no había sido nunca ordenado sacerdote.

Inmediatamente conocido este hecho, en la tarde del mismo jueves, 13 de diciembre, la diócesis de Cádiz y Ceuta cesó al supuesto párroco de sus funciones.

El supuesto sacerdote tendrá que responder, en los próximos días, ante la Archidiócesis de Santa Fe de Antioquia donde ha sido requerido.

Por su parte, la diócesis de Cádiz y Ceuta, trabaja ya en la investigación correspondiente y la reparación de las consecuencias que haya podido acarrear la actuación de esta persona.

La diócesis de Cádiz y Ceuta lamenta que, hechos como este, puedan ensombrecer la labor de sus párrocos y sacerdotes debidamente ordenados, que sirven a la Iglesia diocesana, cada día, de manera ejemplar.

Al obispo Zornoza le crecen los enanos