viernes. 26.04.2024
Antonio Banderas

No era en absoluto fácil salvar el Rubicón de la celebración de la 35 edición de los Premios Goya. Lo sabía hasta el apuntador, así como el propio Antonio Banderas. La circunstancias eran del todo adversas. Como una trampa del destino. Como una zancadilla del calendario.

Nada parecía tan sencillo como inicialmente se podría plantear. El coronavirus también ha sido rocoso para con la industria del cine. Quizás una de las afectadas sobre todo en tiempos de confinamiento. Y así se hizo ver a través de varios directos en Instagram de manos de profesionales del sector.

Esta edición, antes de la llegada del bichito, iba a celebrarse en Valencia. Para este año todo era un arsenal de incógnitas. De pedruscos en el camino. De reveses. De imponderables. De no pocas dificultades por metros cuadrados. Una trinchera de incógnitas. Un reto en medio de campo de espinos.

Un as en la bocamanga de Antonio Banderas

La organización tenía ante sí una verdadera patata caliente. La junta directiva de la Academia sólo tenía un as que a tientas se asomaba en la bocamanga. Había que tirar alto. Había que aspirar fuerte. Había que asegurar unos mínimos organizativos.

Y, en la cima de la solución, un nombre. Una estrella. Un actorazo. Un gestor. Antonio Banderas. La junta directiva de la Academia del Cine descolgó el teléfono. Necesitaban no sólo suerte sino la confabulación de los hados. El reto era quimérico. Pero sólo en Antonio estaba la solución. Al menos la solución idónea.

El contacto  se estableció este pasado verano. Y Antonio aceptó de lleno. Con toda la entereza y el garante que adelantan su profesionalidad. Los miembros dirigentes de la Academia del Cine lanzaron unánimemente un suspiro a los aires que ya se tornaban favorables. Esa noche durmieron todos a pierna suelta.

Los Goya en las mejores manos

La gala ya había recaído en las mejores manos. La expectación se abría como un abanico de colores. Todo se iluminó en un pispás. Y así quedó demostrado en la noche de este pasado sábado día 6 de los corrientes. No iba a ser empresa fácil. La cosa tenía sus complicaciones.

El contexto no era el más favorecedor. Pero Antonio Banderas, María Casado (codirectora y copresentadora de la gala, y responsable de la productora de televisión del teatro Soho) y Mariano Barroso, presidente de la Academia, apretaron el acelerador y encendieron todos los resortes de la concentración.

Datos que habían de tenerse en cuenta. Primero el carácter híbrido de la gala, esto es, 166 nominados en sus casas conectados con 138 equipos. El escenario únicamente lo pisarían los artistas invitados, los 40 que abrían los sobres entregados por el notario donde aparecía el nombre de los galardonados, los técnicos, Barroso, Banderas, Casado y Ángela.

A cal y canto

Sólo ellos. Las circunstancias son las que son. El interior estaba cerrado. Imposible acceder. A cal y canto. Todo cerrado, sí, para evitar filtraciones de cómo se desarrollaría la gala. Y de su escaleta. Y asimismo para imponer las fuertes medidas de seguridad que se habían establecido. Que se habían establecido además a rajatabla.

“Ha sido muy difícil, ha habido que ir improvisando prácticamente desde el inicio. Desde junio hemos tenido 10, 12, 15 galas”, indicó Banderas en la noche del sábado en los instantes previos a la ceremonia. Todo se fue modulando en función de los imperativos sanitarios y también al abrigo de los debates producidos en la Comisión de los Goya de la Academia del Cine.

El miércoles comenzarían las grabaciones de las actuaciones musicales: Nathy Peluso, Vanessa Martín, Diana Navarro y Aitana. La Orquesta Sinfónica de Málaga, ese regalo, esa delicia, acompañó toda la noche la gala e igualmente el alumnado de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (Esaem), muy entroncada con Banderas.

Un ritmo más fluido

El viernes Banderas consideró, en los ensayos, que el ritmo debía ser mucho más fluida. Pese a que la complejidad técnica era patente. Todo el equipo y participantes en la gala, todo el corpus humano.

Y se evidenció el poderío fáctico de Antonio. El 2 de febrero, Banderas ya adelantó que habría vídeos de estrellas mundiales apoyando el cine español. Y cumplió por largo: Monica Bellucci, Julianne Moore, Benicio del Toro, Mélanie Laurent, Laura Dern, Halle Berry, Mel Gibson, Mahershala Ali, Emily Blunt, Al Pacino, Emma Thompson, Glenn Close, Naomi Watts, Matthew McConaughey, Dustin Hoffman, Margot Robbie, Robert de Niro, Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro, Charlize Theron, Lupita Nyong’o, Gael García Bernal, Helen Mirren, Sylvester Stallone y Tom Cruise, entre otros. La mayor parte de ellos de la propia agenda de Antonio. Chapó por este gran conductor de la gala.

El porqué Antonio Banderas llegó, vio y venció… en la Gala de los Goya