jueves. 21.09.2023
En El Puerto, Pablo Aguado abre la Puerta Real por varonía
En El Puerto, Pablo Aguado abre la Puerta Real por varonía | FOTO: Marciano Breña

Plaza Real de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz), 12 de agosto de 2023. Corrida de toros organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al sexto festejo de abono en la temporada de verano 2023. Cielo azul con levísima brisa de poniente. Cinco sextos de entrada. Preside Rafael Carrero. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.
 
Se lidian seis toros de Juan Pedro Domecq (hierro que pasta en El Castillo de las Guardas, Sevilla), con pesos entre 485 y 560 kilos, correctos de presentación y de juego variado. En el arrastre, el primero tiene ovación; el segundo y el cuarto, pitos; el tercero y el quinto, palmas.

  • José Antonio Morante de la Puebla, estocada entera algo caída; una oreja. Media en su sitio; ovación. 
  • Alejandro Talavante, entera arriba; silencio. Estocada costalera y estocada desprendida; una oreja con fuerte petición de segunda.
  • Pablo Aguado, entera algo tendida; una oreja. Honda al segundo intento; una oreja

Incidencias: antes de arrancar el paseíllo suena el Himno Nacional. Entre los picadores, destacan el puyazo de Aurelio Cruz (de la cuadrilla de Morante) en el primero y el de J. Carlos Sánchez (de la cuadrilla de Aguado) en el tercero. Entre los banderilleros, destacan Miguelín Murillo (de la cuadrilla de Talavante), que se desmontera en el segundo, J. Antonio Trujillo (de la cuadrilla de Morante), que se desmontera en el cuarto, y Fini y Manuel Izquierdo (de la cuadrilla de Talavante), que se desmonteran en el quinto. Pablo Aguado sale a hombros.

Comentario

Morante esta vez está anunciado que actúa en El Puerto. De sus dos compromisos, el primero se quedó sin cumplir por el maltrato al que le han sometido los toros en Badajoz, en Huelva, en Portugal… Fue sustituido por Daniel Crespo, pero ahora no hay sustitución. La entrada, en este último festejo de abono, es similar al día de la despedida de El Juli, que incluía a Roca Rey; han sido las dos mejores entradas de esta temporada taurina veraniega, que más parece una feria por la forma de programar el calendario. Con Talavante (que al año pasado aquí salió a hombros) y Pablo Aguado en el cartel, podríamos llamar a ésta “la corrida del arte”.

Morante de la Puebla lanceando a uno de sus enemigos
Morante de la Puebla lanceando a uno de sus adversarios | FOTO: Marciano Breña

Morante de la Puebla

Morante de la Puebla, corinto y oro, en su primero, colorado chorreado y algo acapachado, recibe con lances largos y jaleados, con una interrupción y una segunda parte seguida con el mismo entusiasmo del público. Lo lleva galleando al caballo para puya bien puesta, a la que sigue quite por verónicas muy templadas y revolera que levantan entusiasmos. El tercio de banderilla es aceptable. 

La faena tiene un inicio esperanzador por alto, con trincheras, mano baja, cambio de mano y pase largo de pecho; sigue tanda en redondo breve en el tercio y luego otra iniciada con trincherilla y dos trincherazos para luego bajar la mano y levantar aplausos. Con la izquierda obsequia tanda pausada y adornada con molinete invertido. A diestra de nuevo, el toro va protestando y se defiende pero el cigarrero le saca sal y gracia. El final es una serie de ayudados.

Morante se marchó de El Puerto con una oreja
Morante se marchó de El Puerto con una oreja | FOTO: Marciano Breña

El segundo de Morante

A su segundo aplica, de recibo, bellas verónicas avanzando, con olé a cada paso, y media en los medios. En la llevanza al caballo es desarmado ostentosamente y le proporcionan otro capote con las vueltas del mismo verde manzana; lo cogen medio regular y lo pican barrenando, pero el toro se duerme en el caballo. Trujillo demuestra que sigue en forma con los palos. 

Brinda al público y a los primeros pases el bicho se va huyendo al lado contrario de la plaza, a donde tienen que ir a buscarlo los subalternos; lo lleva trasteando hasta los medios, para empezar por ayudados y luego sacarle una tanda de pases lentos. Por el pitón izquierdo no quiere acudir y sin pase alguno cambia de mano. De nuevo a diestra, salen tres pases más jaleados que otra cosa; sigue intentándolo pero el animal no está por la labor y sólo le saca tres limpiamocos. La media estocada es puesta como dicen que la ponía Lagartijo y es rápida de efecto; por eso la llaman lagartijera.

El pacense Alejandro Talavante toreando con la capa
El pacense Alejandro Talavante toreando con la capa | FOTO: Marciano Breña

Alejandro Talavante

Alejandro Talavante, de lila y oro, a su primero lo saluda con verónicas pausadas, en el tercio, seguidas de tafalleras y media en los medios. Lo lleva al caballo galleando y lo deja en suerte con media pero es mal cogido, bajo, y al salir pierde las manos; en el quite vuelve a perder las manos y se levantan protestas en el público. Murillo se luce en palos. 

El inicio es en tablas pero el animal empieza a levantar la mano derecha; las protestas también se levantan. Toma el estoque y, con la izquierda, intenta una tanda insistente sin éxito. ¿Habrá sido la puya la causante de la lesión del remo? 

Talavante saludando al respetable tras una de sus faenas
Talavante saludando al respetable tras una de sus faenas | FOTO: Marciano Breña

El segundo de Talavante

En su segundo, corto de cuello, el recibo arranca con un farol y sigue con verónicas de mano baja, desmayadas, avanzando hacia el centro, chicuelinas y dos revoleras, muy aplaudido todo. La puya es trasera, corregida y a salida tapada, con algunas protestas. Las banderillas son una exhibición; ¡qué cuadrilla banderillera ha traído de Badajoz Talavante! 

Brinda al público y se entretiene en dar la vuelta a la montera para provocar las risas del público, qué pena; inicia a revienta calderas, citando de rodillas, más un cambiado por la espalda y tanda completa, incluido el de pecho mirando al tendido, todos de rodillas; viene luego el toreo en redondo con la mano baja, en dos tandas ligadas, terminada la última con molinete, cambio de manos y bueno de pecho. 

Con la izquierda sale toreo templado, de trazo largo, incluyendo semi kikirikí y pase de desprecio. A diestra de nuevo, inicia por ahí y cambia de mano sobre la marcha para seguir con la zurda poderosa y, al poco, pasar a cercanías, más luquinas y circulares en una moneda; arroja la muleta al suelo en gesto de mostrar entrega y abandono. Este gesto se está repitiendo últimamente mucho y más parece parte de una representación que de una espontaneidad. 

Unos ayudados por bajo preceden a una estocada costalera que pocos ven por la rapidez de los subalternos; la espada tiene una segunda oportunidad. La petición de segunda oreja es grande pero no era posible concederla; el presidente se mantuvo en su sitio, bien, aguantando la presión y tenemos que felicitarlo. No todos los presidentes tienen ese aguante. Al término de la vuelta el palco recibió por igual pitos y aplausos.

Pablo Aguado, el gran triunfador de la tarde
Pablo Aguado, el gran triunfador de la tarde | FOTO: Marciano Breña

Pablo Aguado

Pablo Aguado, de catafalco y oro, a su primero, colorado, le ofrece verónicas suaves avanzando hasta el centro, donde remata con dos medias. Lo lleva despacioso al caballo para buena puya, en su sitio, sin barrenar, con actuación de Sánchez aspirante a premio; el quite por chicuelinas y revolera es muy aplaudido. Los pares de Diego Ramón Jiménez son efectivos. 

Hay bello inicio de faena bajando la mano, hacia los medios, con molinete incluido; en la siguiente tanda el animal pierde las manos pero luego viene otra, gran tanda con temple y cambio de manos. Por pitón izquierdo sale el toreo vertical. A diestra de nuevo, un kikirikí abre tanda donde el bicho empieza a protestar. Por el izquierdo otra vez, siguen sus protestas mientras la dupla se va acercando al tercio. Con la derecha hay tanda esforzada, casi de uno en uno, y llegan a tablas. Las palmas al arrastre sorprenden un poco.

El segundo de Aguado

En su segundo hay saludo con capa por alto a uno que enseguida nos dice que se quiere ir y, finalmente, se va; se oyen protestas por una posible cojera que no se ve. La puya es dura y sale del caballo con un trote cochinero. Los palitroques no pasan de pasables. Muleta en mano, con trasteo lo saca más allá de la segunda raya para extraer dos tandas con parsimonia, bajando al final la mano y saliendo con torería. Por el pitón izquierdo el toro embiste un tanto descompuesto y protesta pero la cosa va de uno en uno para imponer calma; en otra tanda va el bicho con la cara alta pero Pablo le saca algo ligado, incluyendo kikirikí. 

Por el derecho otra vez, se quiere quedar pero le insiste y saca serie algo ligada. Con la izquierda, finalmente, vemos tanda esforzada, con molinete invertido. Al entrar a matar, de frente, es levantado aparatosamente pero sin consecuencias; al siguiente intento, en lugar de aliviarse vuelve a ir de frente y vuelve a resultar cogido pero esta vez deja estocada honda (imposible que fuera entera) entre el susto y el estremecimiento del público. Es un gesto de valor que pocos pensaban en este torero. Cierto, que él ha visto muchas veces por la espada se le ha ido el triunfo labrado con la faena; ahora no quería dejarlo escapar.

Final

Los toros han dado un juego dispar, merecedor de ovación y de pitos. Morante ha satisfecho, como siempre, a sus partidarios, que en El Puerto son muchos (sin olvidar a los sevillanos que veranean aquí). Talavante se ha perdido la puerta grande por la espada; otra vez será. 

Quien sí ha abierto la Puerta Real ha sido Pablo Aguado, el cual lo ha hecho con un toreo algo distinto de lo que se podía esperar de él; al fin y al cabo es lo que han permitido sus dos toros. Lo que sí es cierto es que, viendo las dos entradas a matar en su segundo, ha salido a hombros por varonía. Otros lo expresarán de otra forma; nosotros preferimos hacerlo al modo del poeta Miguel Hernández, gran taurino. 

En El Puerto, Pablo Aguado abre la Puerta Real por varonía