Plaza Real de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz), 4 de agosto de 2024. Corrida de toros organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al cuarto festejo de abono en la temporada de verano 2024. Tarde de cielo despejado con brisa de poniente. Entrada de lleno. Preside Raúl Capdevila. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.
Se lidian seis toros de Núñez del Cuvillo (hierro que pasta en Vejer, Cádiz), con pesos entre 510 y 560 kilos, en el tipo de El Puerto pero no excesivamente aparatosos y de juego aceptable. En el arrastre, el primero tiene pitos; el segundo y el quinto, palmas.
- José Antonio Morante de la Puebla, pinchazo trasero y caído con golpe de descabello; ovación saludada. Estocada entera arriba; una oreja.
- Andrés Roca Rey, entera trasera y golpe de descabello; una oreja. Honda deprendida y descabello; dos orejas.
- Ginés Marín, estocada desprendida y trasera; una oreja. Dos pinchazos y descabello; ovación.
Incidencias: entre las cuadrillas destacan las actuaciones de los picadores Quinta (de la cuadrilla de Roca) en el quinto toro y Rodríguez (de la cuadrilla de Marín) en el sexto; igualmente las de los banderilleros Curro Javier y Alberto Zayas (de la cuadrilla de Morante), que se desmonteran en el cuarto, así como Viruta y Paquito Algaba (de la cuadrilla de Roca), que lo hacen en el quinto. Roca Rey sale a hombros. La duración del espectáculo se aproxima una vez más a las tres horas.
Comentario
La meteorología acompaña de nuevo para una tarde de toros que se promete brillante. Morante y Roca Rey son hoy por hoy los toreros más taquilleros del escalafón; interesa especialmente la presencia del de La Puebla, dado que ha estado de baja unas semanas y es una incógnita. Completa Ginés Marín que también se mueve entre los primeros puestos. El resultado salta a la vista: los tendidos se llenan de público, lo que no ha ocurrido días anteriores.
A la par, el ritmo de los festejos en la Plaza Real es cada vez más lento. Los alguacilillos, además de llevar sus monturas a paso de tortuga (frente al galope de Pamplona) yendo y volviendo, se retiran demasiado lejos para dejar a las cuadrillas saludar a Presidencia y cuando han terminado siguen parados cinco minutos sin saberse por qué. Una vez entregan la llave a la torilera (que aquí es mujer), vuelven a requetesaludar a la Presidencia (que ni en Madrid) antes de desparecer lentamente por el lado opuesto, sin importarles nada que este ruedo sea el segundo más grande de España. Si el presidente dirige el desarrollo del espectáculo, lo cierto es que los alguacilillos son los brazos ejecutores; pues que ejecuten.
Morante de la Puebla
Morante de la Puebla, de sangre de toro e hilo blanco con medias blancas, en su primero, castaño, hondo, hace un intento de saludo con algunos trapazos. En el caballo es mal picado, trasero, tras varias rectificaciones. Ferreira está bien con sus rehiletes. En tablas, inicia por alto, con algún trincherazo, y el toro se defiende; sigue toreo de mano baja pero de uno en uno, entre escandalera de olés a cada uno. Con la izquierda, en el tercio, hay una tanda muy aplaudida y otra, muy pausada, de uno en uno bajando la mano, mientras suena el pasodoble que para el cigarrero compuso Abel Moreno. De nuevo por el pitón derecho, el burel no muestra entusiasmo, ante algún trincherazo y poses para la foto. A zurda de nuevo, el funo está ya aburrido.
El segundo de Morante
A su segundo, en el tipo de El Puerto, da buen recibo de tablas a tercio, con verónicas mecidas que levantan clamor. Acude al caballo con decisión para puya trasera, seguida de quite por verónicas lentas no excesivamente limpias. Disfrutamos de un buen tercio de palos (Curro Javier sigue siendo el número uno). Inicia por alto, con alguna trinchera, entre aplausos, que siguen con la siguiente tanda en redondo. Con la izquierda hay toreo en línea. A diestra de nuevo, de uno en uno, el toro puntea y, por el pitón izquierdo de nuevo, va a menos y con tornillazos. Los aplausos finales van a la banda de música, que ha interpretado una versión de la marcha “Virgen de la Macarena”.
Roca Rey
Roca Rey, de tabaco y oro, en su primero, acapachado, tiene que esperar unos minutos antes de que abran el portón de los sustos. Más tardanzas. Cuando sale, se refrena y en tablas vemos verónicas de pasito atrás y talón levantado con ahínco, más revolera en el tercio. Derriba al caballo después de empujar fuerte y cambian, dejándolo casi sin picar; el quite a caballo encerrado (moda con truco) va por chicuelinas y tafalleras más larga y brionesa.
Hay buenos pares de Antonio Manuel Punta. Brinda al público y lleva el toro a los medios con trincheras para luego abordar el toreo en redondo con dos tandas ligadas en que el toro va noble. Con la izquierda hay otras dos, toreando en corto ante un animal humillador. A diestra de nuevo, llega la hora de los circulares y el arrimón que levanta aplausos.
El segundo de Roca
En su segundo, colorado y acapachado que se emplaza, da recibo a uno que va bien, con ramillete de verónicas, más media y recorte. Quinta lo coge en su sitio mientras empuja con los dos cuernos, antes del quite (de nuevo a caballo encerrado) que sale a pies juntos por gaonera, revolera y brionesa muy aplaudidas. Tenemos un gran tercio de avivadores. Tras brindar a un particular, inicia, de rodillas, por alto intercalando cambiado por la espalda, antes de sacar una tanda en redondo con emoción y otra con el toro a menos. Con la izquierda, de uno en uno, ya se va parando, por lo que acorta distancias.
A diestra de nuevo, un molinete de rodillas precede a un cambio de manos para arrimón; ahora con la derecha, sigue el arrimón tremendista, con cambiado por la espalda y circulares, con desplante final entre pitones tirando la muleta. Esto es lo que vienen a ver los que vienen a ver a Roca Rey. La plaza se inunda de palmas por bulerías. La petición de la segunda oreja es masiva y el presidente la concede; sin embargo, entendemos que no está muy justificada tras una estocada sólo regular y la necesidad de descabellar. Una segunda oreja debe basarse especialmente en una perfecta estocada y la petición mayoritaria no obliga al presi, como sí ocurre en la primera oreja. El responsable deberá explicar por qué la concede.
Ginés Marín
Ginés Marín, de verde mar y oro, a su primero, bonito, da saludo a medio gas, avanzando, con media final. Lo deja con un recorte en el caballo de su padre para puya algo caída y lo quita con chicuelinas y revolera, que mejoran el saludo. Los palitroques son mediocres. Brinda al subalterno Punta, que estuvo en sus filas, y hace buen inicio con doblones de rodillas, molinete invertido y el de pecho; sigue tanda en redondo ligada y abre con capeína otra, que resulta muy aplaudida.
Con la izquierda, de uno en uno, saca pases de trazo largo. A diestra de nuevo, hay molinete y cambio de mano para seguir de uno en uno pero el toro humilla; luego cita de lejos y tiene que acortar el cite, sacando ligazón y arrucina, con gran aplauso. Lo prepara para a estocada con doblones. Las mulillas dan un espectáculo triste por su falta de preparación o de experiencia (y más tiempo que perder).
El segundo de Marín
En su segundo, castaño, hay recibo, bueno, por verónicas y chicuelinas con larga natural invertida. La puya de Ignacio Rodríguez es breve y justa, por lo que es aplaudido largamente; aquí hay opción a premio. En el tercer par de banderillas una cae al suelo y la gente aplaude (¡qué cosas!). Brinda al público sin importarle que es su segundo toro y que el primero se lo brindó a una persona sola; esta persona será el respetable y no el público (todo en orden). La montera cae boca abajo y la gente jalea; desde luego merecen poco respeto.
Empieza con ayudados por alto de tablas a medios y ahí luego sale una tanda en redondo. Con la izquierda, tras cambiar los terrenos, baja la mano y el bicho se rebrinca. A diestra de nuevo, sigue la mano baja pero ahora acude mejor; una trincherilla da paso al toreo de uno en uno, al que siguen circulares, molinete, circular, arrimón, más un ir y venir adobado con gestos hacia la galería, dos circulares más y desplante en la cara. ¿Cuántos circulares hemos visto esta tarde?
Salida
Morante y Marín salen de la plaza por sus pies hacia el patio de cuadrillas y Roca Rey sale en volandas por la puerta grande entre la alegría de sus seguidores, que son muchos. Pocas plazas ofrecen un túnel de salida a los triunfadores como el de la Plaza Real, adornada como está ahora con las doce cabezas de toros, que han faltado durante tanto tiempo y han vuelto restauradas, entre ellas las de los seis toros blancos de Osborne. Completan las cabezas la galería de mosaicos, que en conjunto hacen de este recinto introductorio un lugar de agradable estancia, cual salón de palacio.